La caldera del diablo
Momentos de alta tensión se vive en el seno de la categoría APAC en la recta final de la temporada. En Lobería, circuló una nota firmada por varios pilotos con la intención de producir cambios estructurales.
Un periplo espinoso transita APAC. Desde los precoces movimientos del año la categoría ha sufrido contratiempos que le ha costado peso esfecífico y confiabilidad. Los desencuentros con los clubes, y la entidad que custodia el zonal, la discordancia con los pilotos y la arquitectura del campeonato, han vapuleado el desenvolvimiento de la emblemática especialidad.
En el segundo hemisferio del certamen, cuando parecía que los «popes» de la divisional podían enderezar la nave, las adversas condiciones meteorológicas enredaron más la coyuntura. En ese contexto, «brotaron» vacilaciones e inestabilidad. Hoy, el rumbo no es el mejor. Los actores han ido perdiendo confianza, y ven con otros ojos la empresa.
En los últimos días, y luego de un meeting concurrido y áspero en el bunker de la categoría, directivos y varios pilotos sacaron los trapitos al sol. Asomaron distintas posiciones y puntos de vista, la mayoría reclama convivencia y acuerdo con los clubes, un calendario coherente, y participar en los escenarios propios y convocantes» de la categoría, como son Tandil, Rauch, y C. Vidal. Otros pretenden modificaciones en la mesa chica, porque no hay opciones de consenso.
Por estas horas, la realidad de APAC es sumamente confusa e inquietante. Habrá mucha tela para cortar en el capítulo final. El Premio Coronación en el Parque Juan Silva de Rauch, será clave para el futuro.