Una foto que se repite
Ernesto Bessone inició la final del Turismo Nacional en Posadas desde la 31º posición y el ascenso progresivo en el clasificador lo llevó al tercer puesto en la carrera final que ganó Mariano Werner. Manteniendo su vigencia, el múltiple Campeón Argentino de automovilismo subió al podio en el Turismo Nacional luego de 14 años.
16 de noviembre de 2003. Ganaba Ernesto Bessone el Premio Coronación 2003 y obtenía el Campeonato Argentino. Pasaron casi 14 años para que el experimentado piloto, múltiple Campeón Argentino de automovilismo, volviera a subirse al lugar de los pilotos más destacados del Turismo Nacional. Ello ocurrió el pasado domingo, cuando se ubicó en el tercer puesto del #TNenPosadas tras haber partido en la 31º posición de la carrera que ganó Mariano Werner, quien largó en zona de boxes tras el reemplazo del motor roto en la serie que disputó en horas de la mañana.
No fue una carrera sencilla para Bessone, ni para sus rivales. Los inconvenientes en el Mitsubishi Lancer que utilizó Luis Estivill el año pasado comenzaron casi con la bandera verde que habilitó la pista. “La carrera comenzó con problemas, porque no bien largué la competencia tuve problemas en la escobilla del limpia parabrisas y eso me impedía ver hacia adelante porque, además del agua, había mucha suciedad en pista. Para evitar un accidente, paré en boxes para limpiar el limpiaparabrisas. Al ver como se iba secando la pista, le pedí al equipo que colocara neumáticos para piso seco en el auto, considerando que no teníamos nada que perder. Estaba en las últimas posiciones, sin chances de obtener un buen resultado”, reconoció.
La decisión fue clave. La pista comenzó a secarse, y la huella que formaban los pilotos en pista con el tránsito de las vueltas comenzó a jugar a favor de quienes colocaron neumáticos lisos, en detrimento de quienes apostaron a la humedad durante el desarrollo de toda la prueba final. Allí comenzó Bessone a construir su vuelta al podio en el Turismo Nacional, y en el automovilismo argentino. “Fue clave cambiar los neumáticos. Pude aprovechar una neutralización de la carrera, la cual encima duró dos vueltas. Eso me jugó a favor, sin dudas. Desde ese momento, aceleré todo para avanzar en pista y las cosas salieron más que bien. Cuando venís en pista con gomas slick sobre la huella, el auto va más rápido, y cuando intentas una superación fuera de la huella, el auto patina con riesgo de perder el control. Por eso me pasé tres veces, pero con la suerte de poder seguir avanzando en pista sin retrarsarme en la carrera”.
Vuelta tras vuelta, el Mitsubishi Lancer ascendía en el clasificador hasta que llegó al segundo puesto, tras un toque entre Luciano Ventricelli y Jonatan Castellano. En ese momento, Bessone fue por Werner, pero el entrerriano defendió bien el primer puesto. “Venía con buen ritmo, más rápido que los que estaban delante de mí. Yo estaba 27º en pista y comencé a avanzar. Recuperé muchas posiciones y quedo a la cola de Mariano Werner en el toque entre (Luciano) Ventricelli y (Jonatan) Castellano. Mariano (Werner) cuidó bien la posición y en esa situación se ensució el parabrisas de mi auto. Por eso, cuando llegamos al mixto no veía nada y casi me caigo fuera de la pista en el carrousel. Estaba complicado con la visión y por eso me superó muy bien Luciano (Ventricelli). En la última vuelta, solo quise referenciar atrás de su auto para no salirme de pista y asegurar el podio para cerrar un gran trabajo en esta carrera”, expresó Bessone, quien planifica sus siguientes competencias. “Funcionó muy bien el Mitsubishi Lancer. Iremos a Termas de Rio Hondo con este auto y luego colocaremos todos nuestros esfuerzos con el Toyota Corolla y el equipo Arana Ingeniería Sport. En los primeros días del mes de mayo probaremos el auto en Pigüe”.
Así fue que tras 46m23s171/1000 de competencia, Bessone volvió al podio en el automovilismo argentino y en el Turismo Nacional. Puño en alto, trofeo en mano, el Campeón Argentino 2004 de Clase Tres entregó la foto que fue moneda corriente en su campaña dentro del deporte motor: festejando un gran resultado en pista, el que fue acompañado por las casi 10000 personas que siguieron estoicas el desarrollo de la competencia desafiando la lluvia como lo hizo Bessone en el domingo misionero.