El mágico trazado de las sierras
Nostalgia, sentimientos y recuerdos. Hace cuarenta años, se ponía en marcha una ilusión, un desafío, el sueño de grandes pioneros del automovilismo serrano.
Que rápido pasó el tiempo. Parece que fue ayer, pero ya se fueron cuatro décadas. El 11 de Diciembre de 1977, se inauguraba el semipermanente Ciudad de Tandil, escenario con una belleza natural incomparable, para muchos medios el más alucinante del país, con una escalonada y bella topografía.
El reducto con más de 32 Kms, estaba enclavado en una zona de las más cautivantes que muestra la región, y que se inició su adecuación en el crepúsculo de los años 60, y en los albores de los 70.
Una tarea que no tuvo pausas, y fue llevada a cabo por grandes y eximios impulsores, entre otros Don Pedro Blanco, Alberto Iribarne, el Dr. Martín Zubeldía, junto al Dr. Osvaldo M. Zarini, ministro de Educación de la Provincia, nexo para esa obra, el Profesor Daniel Perez, Francisco Fiego, y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Carlos Moragues, y el Ingeniero Zubiri.
Uno de los mejores circuitos de la época, con 17 kilómetros intrincados, desde La Porteña, Montecristo, Quinta Belén, curva de Marchini, Club Banco Provincia, Rotonda del Lago, Tandil Auto Club, la temible Vivorita y la curva de «El Gallo».
Un recorrido que no era para cualquiera, difícil para “domarlo”, peligroso en algunos tramos, pero con una atracción singular para transitarlo, reflejaban los carreteros de aquellos años.
El semipermanente de las sierras era banco de pruebas de una etapa romántica del T.C., con alguna similitud al mítico Nürburgring, el infierno verde teutón que tenía algunos kilómetros menos que el tandilense.
En la inauguración un 11 de Diciembre, más de cincuenta mil almas “tapizaban” las sierras más antiguas del planeta, una escenografía única, y un colorido irrepetible. Como no podía ser de otra manera, un grande como el “Flaco” Traverso anotaba su nombre, como el primer ganador en el emblemático lugar.
Diecisiete vueltas de Tandil se llevaron a cabo en los 32,200 kms del circuito serrano, y cuatro realizaciones especiales, dos ediciones de la Vuelta de Lobería, una de Benito Juarez, y una competencia Apertura organizada por la ACTC, totalizando veintiún eventos.
El 8 de Marzo de 1992, quedaba desafectado, uno de los trazados que hicieron historia en sus casi quince años. Cuando recorremos sus paseos, y bellezas, sentimos un cosquilleo en el corazón, recuerdos imborrables, y la nostalgia del ruido de los motores. Como dice la letra de Lepera y Batistella, perdona si al evocarte, se me pianta un lagrimón.
(Foto: Historias del TC)