«Pocho» Facchini, 54 años de una dolorosa jornada

En la duodécima Vuelta de Tandil, la clásica apuesta para los carreteros, caía uno de los virtuosos de la época, Juan Oscar Facchini. La arquitectura del trazado serrano tenía todas las variantes para el manejo y el espectáculo. Un difícil compromiso, con rectas veloces, curvas cerradas, trepadas, descensos vertiginosos y un complicado tramo urbano con avenidas amplias, y algunos badenes. Un escollo comprometido para los aspirantes más encumbrados.

Juan Oscar Facchini, y su laborioso acompañante “Mingo” Solis habían encontrado el rumbo, “aceitando” muy bien la estructura técnica y humana como para aspirar cosas importantes. Ilusiones y sueños que se iban cumpliendo.
Otra vez el protagonismo en el trazado serrano, y el duelo por la punta con los Emiliozzi. La contundencia del Chevrolet era notoria, nadie dudaba de otro halago en las sierras más antiguas del planeta. Quien iba a pensar aquel domingo 15 de Noviembre, que el destino marcaría ese final, cuando tenía tantos sueños por cumplir. El destino estaba marcado. La muerte esperaba agazapada, y sorprendía al querido “Pocho “ en una zona sinuosa y rápida del paraje La Porteña, volcando la máquina, y golpeando en su descontrolado viaje con un vehículo estacionado, cayendo para siempre una de las esperanzas marplatenses, y herido de gravedad su compañero y amigo José “Mingo” Solis.
Se iba un hombre con fuerte personalidad, que peló temple en las urgencias y les ganó a los mejores. En silencio partía hacia el más allá, Juan Oscar Facchini, uno de los exitosos gladiadores surgidos en la prolífica cantera teceista, aferrado siempre a ese espíritu aplomado, a su amor por la velocidad y a su pasión irresistible por el Turismo Carretera.

 

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