Julio Quintana y su irresistible pasión
En este tiempo de reflexión y donde hay más espacio para ocuparse de quienes hicieron grande al deporte regional, el Lic. Pablo Tusq entrevistó para ‘Ayacucho al Día’, a Julio Antonio Quintana.
A. al D – ¿Vos sos oriundo de Rauch, como fue que viniste a Ayacucho y como te fuiste «metiendo» en la comunidad a que te dedicabas?
J. A. Q; “Hola para todos…Mi viejo fue un apasionado del automovilismo y los fierros, y en los años 70, 71, 72 empezó a correr con su primo Larroudé e hicieron una cafetera cada uno para empezar a correr. Yo que tenía 17 años y trabajaba con él en el taller. Así empezó todo y me enganché. Debute en las nocturnas de Necochea, donde le gané a Fernandez-Fernandez, en una gran carrera. En ese momento con permiso de mi padre para correr, ya que era menor. En ese entonces recibí el premio de mejor compañero en 1977. Son cosas muy lindas y de grandes recuerdos de carreras en esa ciudad y también en Balcarce. Después corrí en Formula 2 bonaerense, con un chasis Bravi y caja de 5ta, motor Peugeot 2000, en circuitos de Arrecifes, Pergamino, San Andrés de Giles y hasta en Macachín. Así fui haciendo mis primeras armas, cuando todavía vivía en Rauch”.
A. al D -¿Cómo surge la posibilidad de comenzar a correr y en qué año fue?
J. A. Q; “En un momento de nuestras vidas ya teníamos a Nicolás, me había casado ya con Mabel, mi señora. Armamos un auto con una peña con el “Vasco” Nobleza, “Laucha” Jaime, Oscar Colavita, Luis Poo, Lucho Ponce, “Cacho” Eseverri y su hermano. Así nació el primer Promocional 850 que hubo acá. Se hizo, se consiguieron sponsors y demás. Mi papá me trajo un motor para ese Fiat 600 y surge “la Mosca Loca”, que fue muy importante para mí. Eso fue porque en la cafetera que corríamos teníamos una mosca en el techo y de ahí surgió el nombre, sumándose Alberto Pérez y mi cuñado Julio, y se comienza con las peñas y un gran trabajo para que todo fuera para adelante y se armó un grupo muy importante”.
A. al D -¿En qué categorías corriste y con qué apoyo contabas?
J. A. Q; “Se trabajó mucho con la peña, surgió la posibilidad de armar un auto para Julio. Estaba todo muy organizado, con las cosas hechas muy en serio, con gente que puso lo que podía de acuerdo a sus posibilidades económicas. Se consiguió un gran equipo con varios títulos, y mucho trabajo hasta que pudimos comprar un Fiat 128 y corrimos tres campeonatos. Es así que con el correr del tiempo y el esfuerzo de un gran grupo de gente empezamos a pensar en armar o conseguir un Turismo de Carretera. Me habían convocado, y ahí empezamos a trabajar en ese tema y me retiro de la peña, ya que el Auto Moto Club Ayacucho iba a comprar un auto”.
A.al D -¿Cómo fue la llegada al TC, era otra época económica porque hoy sería impensado poder hacerlo no?
J. A. Q; “Y cómo te decía, el Auto Moto Club Ayacucho quería comprar un auto, convocándome para comprar la Chevy de Mariano Calamante en Balcarce, ya que mi papá y yo lo conocíamos. Nos dio el auto para trabajar y comenzar a correr. Y eso no se hubiera podido si tendríamos que haber contado con motoristas y chasistas. Es así que me tomo el atrevimiento de encabezar el grupo de trabajo y deje todo. Yo deje todo. Muchos en mi familia y especialmente mi hija Josefina me lo reprocha. Fue “una locura total”, si bien hacía lo que a uno le gusta, con el apoyo de mi mujer y un gran trabajo de la gente que nos acompañaba. La peña después tuvo sus complicaciones, hubo problemas y se armó otro grupo de gente y compramos la Dodge que era de Oscar Erratchu, y queda la Chevy parada. Yo estaba totalmente dedicado a eso, era como que no interesaba nada, ni ninguna otra cosa. Mi cabeza estaba puesta en eso. Es así que aparecen mi papá, el “Petizo” Giménez, “Titito” Fernández, “Lolo” Reyes, un montón de gente…Se pusieron firmes, se hicieron papeles y documentos, y finalmente se trajo la Dodge…”
A. al D -¿Un papel importante lo cumplían los acompañantes también, no?
J. A. Q; «Muy agradecidos a todos sí, muy contento con el apoyo general de la sociedad de Ayacucho, también. Como acompañantes tuve al «Flaco» Arroceres con el que debuté, al «Conga» Calvo, a Luis Poó, a Miguel Galarraga, a Julio Palacio y el «Gurí» Sarrat, que siempre estaba dispuesto con su camioneta para llevar lo que sea. A los camioneros, que nos llevaron a todas las carreras también mi agradecimiento».
A. al D -¿Con esa coupe corriste en TC y con muy buenos resultados, recuerdo ir al taller con la coupe Dodge verde y la Naranja…. ¿Cómo fueron los inicios?
J. A. Q; “Yo había corrido con la Chevy de acompañante de Calamante en San Lorenzo. Luego en Lobos con la Dodge de Cosma de acompañante y en Santa Teresita con la Chevy como acompañante de Calamante, con la que me autorizaron la licencia de piloto. Después con la Dodge quedaron mi hermano y mi padre como dueños del auto, con mucho sacrificio pero faltaba plata. Había que poner un equipo de frenos, transmisiones especiales…Y nosotros andábamos con un Dana 44 que es testigo «Tito» Colangelo, que las colocaba, armaba todo con su rastrojerito e igual que Martín Beherán que se llevaba los frenos, y venía luego y hacia todo lo necesario. Y el alma mater, la pintura, la chapa y lo que hiciera falta, cocina etc. que fue “Chinaco” García. Hay mucha gente que ya no está lamentablemente. Quiero agradecerles a todos…A la miércoles que estamos grandes. Después cambiamos la Dodge, y nos quedamos con la de Larroudé y yo le vendo el auto a Javier Labarca, que ya no está tampoco entre nosotros. El anduvo bien fue 7mo, en el TC Pista que recién arrancaba”.
A. al D -¿El final de tus días en la pista se debió a cuestiones económicas, deportivas o un día dijiste hasta acá llegue?
J. A. Q; “Nosotros económicamente veníamos muy mal, mi hermano y mi padre ponían los cheques, toda la plata, pero nos íbamos endeudando mucho en repuestos. En el 97 debíamos 30.000 pesos, era mucha plata. Vino mi hermano un día y me dijo, si quieran sigan ustedes yo arreglo la deuda y hasta acá llegué. Yo lo único que hacia era correr, por mi papa hubiera venido hasta del campo. Se vendió el auto y pagamos las cuentas. Me dejaron ellos el taller, y empecé a trabajar solo como motorista. “Cacho” Rodríguez, el dueño de “El Aljibe” me presentó a Jorge Pedersoli y realmente aprendí mucho con él como preparador. Estar ahí adentro era increíble, me quedaba tres días allá. Viajaba en un Renault 12 y me quedaba a dormir en un sillón. Fue un tipo de carácter fuerte, pero le agradecemos muchisimo. Una vez vivieron a comer a una cena al club Estrada, donde le dimos un reconocimiento. Una época que no tiene precio, se tendría que hacerlo de nuevo la haría, excepto por la parte familiar…Fue un gran momento de mi vida. Para ese entonces tenía 5 motores de primera línea atendiéndolos acá. Pero nos agarró el 2001 y la crisis económica. Había un piloto que estaba muy relacionado con lo nacional, y en una cena previa a la carrera en el circuito mismo nos dijo, gente acá se complicó todo…se cayó toda la economía y con ello todo lo de TC, quedando solo los grandes, y los chicos desaparecieron todos“.
A. al D – Recientemente recibiste un reconocimiento en Rauch, ¿quizás falta el de acá o te sentís bien así ?
J. A. Q; “Vos sabes que me han tenido en cuenta…Una vez la Limitada Belgranense, que corrí en una oportunidad, me dio un reconocimiento. Hace poco APAC en Rauch también tuvo una distinción para uno. Algo muy muy lindo…Muy grato que se acuerden de uno y se lo valore”.
A. al D -¿Sigue siendo una posibilidad que haya un Quintana en pista o ya no ?¿En algún momento iba a correr uno de tus hijos con un 147, Julito verdad ?
J. A. Q; “En algún momento le di la oportunidad a mi hijo Nicolás. Corrió con el Fiat 600, 4 o 5 carreras pero había que juntar plata. El después se casó y se complicó todo lo deportivo. Julito se tomó las cosas distintas, se hijo la jaula, la suspensión, el auto esta 0km, para estrenar y donde pueda, lo quiero ayudar con el trabajo para poder correr el y que consigan las publicidades. Yo corrí pero buscando mis sponsors, hay que andar y poner la cara. Julito está con esa posibilidad y trataremos de armarle algo…Yo le quiero agradecer especialmente a mi hija, mis hijos, a mi hija Josefina, y a todos los que me ayudaron siempre, a todos…Lo hicimos con un gran sacrificio de ellos, y recontra agradecidos a los que siempre estuvieron…”
A. al D – Un periodista si sigue en las pistas, lo de Emilio es una pasión desde chico…..
J. A. Q; “Y es el como el jefe de la familia…..A él le ha ido medianamente bien en lo que hace, y eso nos pone muy contentos a toda la familia. Muchas gracias por la nota, me han hecho recordar y volver a vivir cosas muy lindas y que han sido muy significativas para mí y mi familia, Muchas gracias, un abrazo”.