Di Palma, “Palito” Ortega y un triunfo para la historia
Por Luis Orlando Sanchez.
Se cumplen cincuenta años de una jornada inolvidable, en la clásica Vuelta de Chivilcoy. Aquel 30 de agosto de 1970, el “Loco” y el cantante lograban la victoria en una emblemática competencia. Ese día, se produjo el debut de Roberto Mouras.
El 30 de agosto de 1970, era un domingo especial para los amantes del TC, los carreteros desembarcaban en el norte bonaerense.
El destino quiso que ese domingo quede marcado en los anales la historia teceista y en los sucesos sobresalientes de los deportes mecánicos.
Ese día, el cantante, actor y más tarde político, Ramón «Palito» Ortega, aceptaba la invitación del ídolo de Arrecifes, Rubén Luis Di Palma para ser su acompañante, cosa que el tucumano no dudó un instante, ya que siempre tuvo pasión e inquietud por los fierros. La carrera elegida que iba a compartir el distinguido binomio era la Vuelta de Chivilcoy, en el trazado de 152,376 kilómetros de extensión, que comprendía las rutas 5, 51 y 30, en el triángulo Chivilcoy, Chacabuco y Carmen de Areco.
La previa prometía
Luego del advenimiento de la Fórmula «A», el TC desembarcaba en Chivilcoy con nuevo pilotos y máquinas que se sumaban a la categoría, mientras el público respondía en forma masiva, bordeando la totalidad del extenso trazado.
En la jornada sabatina, cumplían con la operación de sellado y verificación cuarenta y cuatro autos. Gran convocatoria de público para el quinto capítulo del año, donde la atracción era la presencia de Ramón «Palito» Ortega, acompañante de Rubén Luis Di Palma en el Torino N° 2. Una propuesta atractiva de la categoría más popular del país, invitando a un artista de magnitud y con gran auge en la época.
Jorge Cupeiro intervenía con el Chevrolet 400, utilizado por Eduardo Pino en Bragado. Con la marca Torino, hacían su debut el cordobés Ricardo Belliti, Heraldo Gilli, de Chañar Ladeado, y hacía su presentación Roberto Mouras, quien sería años más tarde una de las figuras relevantes y tricampeón del TC. También Carlos Alessina, Rodolfo Marich y Edison Valsagna, con el auto adquirido a «Larry».
Un nuevo modelo llegaba a la categoría, debutaba en el TC «A» el Dodge Polara, cuatro puertas, conducido el piloto de General Pico, Aurelio Santoro.
Se agregaba «Pichón» Luluaga con un Valiant III preparado por el ingeniero Gerardo Albizu y con apoyo oficial de Chrysler, mientras Alberto Rodríguez Larreta («Larry») participaba con el Torino de Alfredo Manzano, de General Alvear (Mendoza).
En la previa, el sábado se despistaba Norberto Villa, de Los Toldos, mientras probaba con el Torino en un camino de tierra, terminando contra un poste, cerca de la ruta No hubo consecuencias físicas, pero no pudo largar el domingo. Francisco «Pancho» Alcuaz rompía un pistón, también en los ensayos. En consecuencia, cuarenta y dos vehículos se presentaron en la línea de partida.
El circuito era un triángulo de rectas largas, ideal para que predomine la velocidad final de los Tornado. Los favoritos eran Di Palma, César Malnatti y «Cacho» Tempone. Solo faltaba saber lo que podrían hacer Cupeiro con el Chevrolet y Bordeu con el Valiant, de buen debut en Bragado.
Los autos de menor cilindrada no tenían posibilidades de estar en la conversación, no se presentaba Carlos Giay y nuevamente se ausentaba el «Chino» Rodríguez Canedo, único piloto que podía acercarse a la punta, de acuerdo a lo visto en Los Cóndores.
El comisario deportivo fue el recordado directivo del Club Compañía General de Salto, Pedro Lapadú; y Francisco Marcotegui tenía a cargo el área técnica.
«La felicidad»
Y el máximo favorito cumplió. Luis Di Palma lograba la victoria de punta a punta. Desde la misma largada mostró credenciales y las diferencias se fueron acrecentando hasta ganar por más de cuatro minutos, con récord en la última vuelta.
En los primeros tramos Jorge Cupeiro estuvo cerca del «crédito» de Arrecifes, pero luego el «Gallego» se fue retrasando al romper la varilla del acelerador y debió claudicar. La lucha por el segundo puesto fue muy atractiva entre varios protagonistas, y un estímulo que mantuvo al público expectante.
Al principio intercambiaban posiciones «Líbera-Bozzone» con los Torinos de Malnatti, «Pino» Volpicina, Gastón Perkins y Manzano. Todos con un rendimiento muy parejo. Luego, marchaban el Fiat 1500 de Alberto Rossi y el Valiant I de «Maneco» Bordeu.
El pelotón que escoltaba al puntero se fue disgregando con el correr de la competencia, mientras se afianzaba el «Flaco» Perkins en el segundo lugar, pero no muy lejos estaba Volpicina.
Faltando pocos kilómetros para el cierre, la velocidad del Tornado de Volpicina se hacía notar, accediendo al segundo lugar con el auto de la Escudería «El Gallo» de Morón.
Otra fecha consumada, y un nuevo logro para Luis Di Palma y su Liebre-Tornado preparada por Oreste Berta. El arrecifeño demostraba tener un auto difícil de quebrar. Los tres triunfos consecutivos ratificaban la contundencia.
Los autos de menor cilindrada seguían perdiendo terreno, solo algún Fiat 1500 podría entrar en la conversación. Se superaba la barrera de los 200 Km/h de promedio, distante de los 227 kms/h logrados por «Cacho» Franco, algunos meses antes (9 de noviembre de 1969). Cuando se creó esta categoría, el objetivo era un promedio de 190 km/h,algo que Di Palma superó ampliamente.
Detrás de Di Palma y Ortega (3h. 02m. 01seg.4/10) a 200,909 Kms/h. de promedio, llegaba segundo el «crédito» de Morón, Eduardo Volpicina; y tercero Gastón Perkins, de Juan Bautista Alberdi. El «Ruso» Marich y José Manzano completaban el quinteto de avanzada, quedando luego Carlos Alessina, el azuleño Luis Saint Germes de muy buena tarea, Roberto Mouras en un promisorio debut con el Torino N° 52, el hombre de Saladillo Carlos Giutozzi con el Valiant; y Alberto Rodiguez Larreta (Larry).
Desafío cumplido
Di Palma y «Palito» dieron en punta las cuatro vueltas con el Torino blanco Nº 2, aventajando a Eduardo «Pino» Volpicina y a Gastón Pérkins. Cuando los ganadores llegaron al parque cerrado, la máxima atracción fue «Palito».
Al bajar del auto vencedor, todas las cámaras y micrófonos fueron para el circunstancial acompañante, quien quedó deslumbrado por la experiencia y elogió el manejo del «Loco» Luis, que como siempre sintetizó todo con una pícara sonrisa.
Ortega estaba muy interesado en los autos de competición, tanto que tiempo después filmó una película donde él hacía de piloto, “La sonrisa de mamá». La filmación fue en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires, donde el cantante probó un auto de SP que tuvo un problemas de frenos al ingresar a boxes, al llevarse por delante a algunas integrantes del programa musical “Alta Tensión”, que también integraban el elenco.
El accidente provocó algunos raspones y un susto grande. El film fue un éxito y Palito manejó apasionadamente el Sport Prototipo, provisto por los Hermanos Aranzana.
El debut de Mouras
En esa carrera de Chivilcoy, también debutaba con un Torino un joven nacido en Moctezuma, luego residente en Carlos Casares, ídolo indiscutido de Chevrolet y el segundo más ganador de la historia del Turismo Carretera, detrás de Juan Gálvez. Roberto José Mouras iniciaba una prolífica trayectoria en el automovilismo a bordo del Torino N° 52, acompañado por Lorenzo Bordoli.
En el día de su debut, el «Príncipe» conseguía un lugar dentro de los «top» en una cita histórica, donde Luis Di Palma acompañado de «Palito» Ortega alcanzaron la gloria teceista.
(Fotos: Historia TC)