Campeón desde el cielo
Por Luis Orlando Sanchez.
Se corría el GP Reconstrucción Nacional el 21 de Octubre de 1973, en una jornada muy especial, la celebración del día de la madre.
En la localidad de Aimogasta, región norte de la provincia de La Rioja, caía el talentoso «Califa Chico», Nasif Moisés Estéfano, dueño de una personalidad generosa e intachable. Un elegido como piloto, portador de una fina sensibilidad que lo hacia sentir cómodo en cualquier auto. Nacido en Concepción de Tucumán, y su primer contacto con los deportes mecánicos fue en Fuerza Limitada. Más tarde desembarcaba en Fuerza Libre y se subía a los autos de Turismo. Con esfuerzo viajó a Europa a probar suerte, pero no pudo concretar su anhelo.
En el retorno al país, adquirió una cupé Ford 38 a Tadeo Taddia y debutó en la Vuelta de Córdoba del 64, clasificando noveno.
Otra vez, lo convocaron los monoplazas, y al poco tiempo por esas cosas de la vida, volvía a los carreteros, en el equipo oficial Ford. «En casi toda mi campaña corri en autos atados con alambre. Ahora Ford me ofrece seguridad», comentaba el tucumino.
Con el Falcon ganaría su primera carrera en el Gran Premio Asfaltos YPF, el 22 de mayo de 1966, disputada en el autódromo Gral San Martín de Mendoza, superando al chileno Raúl «Papín» Jaras y al mendocino Hugo Armando Gimeno. Con el mismo Ford, motor F 100, cumplió varias entregas destacadas.
La revolución generada por los Torino en 1967 llamó la atención del «Califa Chico» , y comenzó una nueva etapa con un 380 W, pasando al año siguiente a formar equipo con el «maestro» Eduardo José Copello, tripulando las veloces Liebres II del team Bardhal. Siguió su camino en los Sport Prototipos, con algunas buenas actuaciones, para pasar nuevamente al Turismo Carretera, ante el segundo llamado de la gente de la Comisión de Concesionarios Ford, junto al cordobés Héctor Luis Gradassi. con la mecánica del «Polaco» José Miguel Herceg, conformando una exitosa estructura.
Afianzamiento y gran año 72, estuvo cerca de la corona, que alcanzó su compañero de equipo, «Pirín» Gradassi. El subcampeonato fue un valioso tributo, luego de ganar en Pergamino, San Juan, Hughes, y la cuarta etapa del Gran Premio.
La temporada 1973, la encaró con incentivos y grandes motivaciones, venció en 25 de Mayo, en San Juan – Calingasta, consiguió la 16ta Vuelta de Tandil, la clásica competencia de Olavarría y posteriormente Mendoza, un ejercicio prolífico para el «crédito» de la perla tucumana.
47 años atrás, el 21 de Octubre de 1973, despúes de haber «enhebrado» el primer parcial del Gran Premio Reconstrucción Nacional, el destino le tendía una trampa despiadada, en una curva de la localidad de Villa de Concepción de Aimogasta. El Falcon N° 1, se «disparaba» hacia la zona derecha del camino, produciendo una sucesión de vuelcos, en uno de ellos, el gran «Nasif» era despedido y su acompañante José Paccione, con algunas heridas que pudo recuperarse.
La vida de un prestigioso y notable piloto, se apagaba cerca de su tierra y de su pueblo, que aguardaba la consagración de su hijo dilecto. Se extinguía el talento de un grande, cuando la gloria estaba muy cerca. Desde el cielo, Nasif Estéfano debió aguardar una carrera más, para colmar sus aspiraciones de insertarse en la galería de los ilustres campeones del Turismo Carretera.