La esperanza de Santa Clara del Mar

El esfuerzo y la perseverancia definen a Diego Parrondo. A fuerza de trabajo, el piloto de la costa, se consagró campeón de la Clase B en 2016, y forma parte del grupo de protagonistas históricos de APAC.

Con experiencia en la Promocional del Atlántico, Parrondo desembarcó en la popular categoría APAC en el año 2006, cuando la misma todavía no había sido «desdoblada». En 2007, con empeño y determinación, compitió en la clase menor y asegura: «Fue duro el paso de la Promo a una categoría como esta, con tantos autos. En el primer año en la B hicimos un podio, lo que significó mucho para nosotros».
El 2008 fue para Diego el año del despegue. «Arrancamos muy firmes peleando el campeonato y pudimos quedarnos con el triunfo en la última carrera. Casi ganamos el torneo con el Chevrolet 400», recuerda con nostalgia. Luego, se bajó dos años y retornó a la categoría, compitiendo en la Clase A, llegando a meterse dentro de un play-off, lo que era todo un logro para el volante de Santa Clara.
Posteriormente, volvió a la Clase B y llegó el gran año 2016. «Hicimos nueve pole position, siete podios y nos consagramos campeones anticipadamente. Fue una alegría inmensa, porque era la categoría en la que veía correr a mi viejo (Jorge) cuando era chico. Lo logramos con mucho esfuerzo. Los motores nuestros armados por Peñaloza, papa ‘comiéndose’ el auto de punta a punta con la ayuda de todo el equipo, y mi señora consiguiendo los sponsor y reuniendo el presupuesto para poder correr». Luego de la gran temporada ’16, Diego volvió a saltar a la mayor. «El 2017 no fue fácil, pero terminamos con un podio, y ya en 2018 estuvimos competitivos y nos quedamos con la etapa regular, ganando mi primer carrera en la mayor y haciendo tres podios. No nos alcanzó para quedarnos con el ‘uno’ que era lo que mi viejo y yo pretendíamos».
La familia Parrondo, representa esas historias de esfuerzo, tesón y superación, y por eso, tiene un espacio bien ganado en la categoría APAC. El reconocimiento al talentoso Diego, y el recuerdo permanente para Jorge.

R.M.S. – Vértigo Motorsport