Canapino, empapado de gloria

Agustín Canapino, el arrecifeño que representa a Chevrolet, se consagró campeón del Turismo Carretera en una definición atrapante de la Copa de Oro Río Uruguay Seguros, en el Autódromo San Nicolás Ciudad. La final la ganó Alan Ruggiero (Torino), Canapino terminó segundo y Urcera (Chevrolet) culminó tercero.

El desenlace del certamen, una vez más, se asemejó mucho más a un guion cinematográfico que a la última fecha de la categoría. Facundo Ardusso, el piloto del Renault Sport Torino Team, había ganado la serie más rápida y tenía que largar desde el primer cajón la final más importante del año.
Pero todo cambió repentinamente. Comenzó a llover en la grilla y las estrategias debieron modificarse: Ardusso ingresó a boxes a cambiar neumáticos, al igual que Matías Rossi, el líder de la Copa de Oro hasta ese momento.
Castellano, el nacido en Lobería, decidió no cambiar los neumáticos y apenas abrió la primera vuelta hizo un trompo en plena recta principal, que lo retrasó mucho.
La única estrategia que realmente fue efectiva la puso en práctica Agustín Canapino en conjunto con su equipo. Desde el cajón 38°, el Chevrolet que luce el número uno en sus laterales partió con neumáticos ancorizados. Tan buena fue la determinación, que al cumplirse la primera vuelta, el arrecifeño ya marchaba quinto.
Nicolás Trosset, con la Dodge del Maquin Parts, quedó primero en la pista, seguido de Ruggiero y Moiratis, respectivamente. Trucco quedó en la leca por un despiste y generó el ingreso del primer auto de seguridad, apenas en la segunda vuelta.
Trosset no pudo resistir mucho en el liderazgo, ya que en el cuarto giro perdió el control de su Dodge y cayó a la cuarta posición, detrás de Canapino, que ya había avanzado una posición más.
En la antípoda del avance claro del piloto del Speedagro Racing, se encontraban Ardusso y Rossi, retrasados y con la necesidad de escalar posiciones.
Para no romper con la teoría de los imprevistos, en el décimo giro salió el sol y la pista comenzó a secarse. Poco después, Rossi se despistó buscando avanzar, relegando aún más sus chances en la pelea por el título, al igual que Ardusso.
En el giro 22, Moriatis arriesgó para dar cuenta del líder de la prueba, Ruggiero. Pero la maniobra le salió mal y terminó pegándole al representante del Sprint Racing, aunque el mayor perjudicado fue Moriatis, que debió abandonar y le cedió el segundo lugar a Canapino.
José Manuel Urcera, que había sido protagonista del accidente con Canapino en la serie, quedó tercero y se acercó al campeón, pero no pudo dar cuenta de él porque la bajada de la bandera sentenció un nuevo campeonato para el arrecifeño.
Ortelli y Gianini sufrieron un recargo de un minuto por sacar sus autos de la grilla y cambiar gomas. A su vez, Ledesma, Silva, Pernía, Nicolás Bonelli y Ugalde, fueron recargados con cinco segundos por retirar sus respectivas unidades de la grilla.
Castellano avanzó hasta terminar noveno, pero solamente le alcanzó para ser el segundo del campeonato general. Rossi, que terminó 12°, finalizó a tan solo 3,25 puntos del campeón, Canapino. Ardusso terminó tercero en el certamen por haber concluido vigésimo la prueba.
Destacadísima fue la actuación de Alan Ruggiero, que terminó el año como el más ganador con tres triunfos.
Canapino consiguió, gracias al gran trabajo conjunto con su equipo, un resultado épico en un fin de semana que comenzó mal y terminó de la mejor manera posible para él. Sumó su tercer título en la categoría y festejó, cerca de su Arrecifes natal, dos coronas consecutivas (hecho que no se repetía desde que Ortelli tuvo su triple festejo entre el 2000 y el 2002, respectivamente).

 

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