El recuerdo al máximo campeón

Hace 56 años se apagaba en Olavarría, la vida del inolvidable Juan Gálvez, máximo campeón del Turismo Carretera. Gano cinco GP y nueve campeonatos de la Máxima.

Marcaba el rumbo como preparador, admirado por sus hazañas, mecánico y piloto que ya no quedan. Sorprendía y excitaba. El máximo campeón de la historia del Turismo Carretera. Su vida se fue mientras ganaba la décima Vuelta de Olavarría, un 3 de Marzo de 1963, cuando tenía a la vista a los Hermanos Emiliozzi, con quienes peleaba, por la gloria de los carreteros.
La caja de cambios, lo traicionó en la “Curva de los Chilenos”, frente a la estancia de Aramburu, provocando el vuelco del Ford de Juan Gálvez, y la muerte de quien dió tantas veces su nombre al Campeonato Argentino.
Ganó cinco Grandes Premios, nueve campeonatos, y cincuenta y seis finales. Su taller era el “santuario de la velocidad”, el lugar donde a las cuatro de la tarde el mate cocido era una tradición, o ese sitio con extraños trofeos, clavos y tornillos.
Juan, como su hermano Oscar, eran ídolos indiscutidos, e intocables.
La vuelta de Olavarría, conformaba uno de los clásicos de la categoría más popular del país. La capital del cemento era el hábitat de la velocidad. Era la casa de los Emiliozzi. No era fácil de visitante ir a doblegar a los «Gringos» de Olavarría, pero Juan se tenía fe para esa carrera. Diecisiete días antes había cumplido 47 años.
Aquella mañana del mes de Marzo, se inquietó por el mal tiempo, y desde la casa quinta donde se hospedaba, se dirigió a dialogar con las autoridades, para saber si se largaría la carrera. La decisión fue positiva. Al fin, el barro era un viejo conocido que podía obrar en su favor.
Estrechó centenares de manos antes de la partida, sincronizó su reloj con el de Alejandro Marón, oficial deportivo y subió a su Ford azul y rojo.
Dominó sobre los Emiliozzi en las dos primeras vueltas, luego silencio y pesar. Juan Gálvez, había partido. Se fue ganando, como los grandes, como el máximo exponente del T.C. El camino y la ruta, aún sienten la nostalgia, y el recuerdo del zumbido triunfador, del gran campeón.

 

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