Sin categoría

La escuadra mayor

Con el cierre del capítulo inaugural de la categoría APAC, es un buen momento para establecer un diagnóstico, sobre el  movimiento en La Cascada.

Dentro de los parámetros conocidos y sin muchas variantes, se desenvolvió la clase mayor, con Fabio Pedersen en la misma sintonía del ejercicio pasado, y una entrega consistente, y sin especulaciones, de Walter Padula y Germán Orsi. Los tres gladiadores de Chevrolet, pusieron distancia en el pintoresco escenario de la Villa Don Bosco.

El trámite definitorio, tuvo explosión en el tramo inicial, cuando el marplatense puso actitud y se dio cuenta del arma que tenía en sus manos. Esas intenciones fueron atractivas para el espectáculo, como también lo fue el  sprint, que siempre propone el  “Tigre”  de Napaleofú. .

Monitoreando el resto, Machin con un Dodge rendidor se las arregló para manejarse detrás de la “armada”  chevroletista, mientras Diego Castañino, ponía el resto para “vivir” cerca de sus rivales.

Saludable fue la tarea del hombre de la Base Aérea, proponerles batalla a los “moños”, en la topografía tandilense.

Palacio, pudo cerrar un decoroso viaje, al igual que Carlos Gelado en su primera intervención en la categoría, con la Dodge by Messa.

Dentro de los diez, Gabriel Castejón daba la sensación que podía estar más arriba. El Chevrolet del MS Motorsport, y los motores de Claudio Ferreyra, tuvieron un buen cometido en el primer capítulo de año.

El legendario teceista Eduardo Finocchio,  y Reinaldo Fernández, con técnicas distintas, cumplieron con el objetivo, y no es poco.

Desafortunada jornada para Vivarelli y Zumárraga, dos hombres acostumbrados a dar pelea en cualquier condado.

Otro que trabajó horas extras fue Ramón López, con el Valiant asistido por Marcelo Fernández, problemas el sábado, lo complicaron más de la cuenta, no obstante pudo cumplir con el objetivo.

Al final, nos quedamos con las ganas de ver una segunda parte con adrenalina y sangre caliente, porque se podían definir posiciones, y ver el aplomo de cada aspirante, cuando las máquinas sufren el desgaste, y los frenos sienten el rigor de la batalla, pero la copiosa neutralización,  nos dejó sin la frutilla del postre.

 

 

 

 

 

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