APPS en Tres Arroyos
Dos años después, Fornes volvió a festejar
Tarda en llegar y al final hay recompensa. En el caso de Oscar Fornes volver a ganar en la Monomarca 1100 del Sudeste se extendió más allá de los dos años. Recién en el tercer capítulo, disputado ayer en el Autódromo «Segundo Taraborelli» de esta ciudad el siempre vigente sierrabayense se alzó con la victoria bajo la preparación de Raúl Cobos, quien el sábado pasado cumplió 52 años. La anterior había sido en la apertura 2008, en el Autódromo «Hermanos Emiliozzi» del AMCO, con Sergio Pezzucchi como motorista.
Un dato preocupante arrojó la competencia definitoria: sólo 8 unidades llegaron a completar el total de las vueltas de los 20 pilotos que integraron la grilla de partida. El primer incidente tuvo como protagonista a Agustín Alvaro sobre Eduardo Borgnis, continuó con Mariano Aristemuño sobre Pedro Goyeneche involucrándose en la maniobra Carlos Santana. Ahí nomás terminó la carrera para «Goyo», con la carrocería estropeada de ambos lados, para luego anticipar su desvinculación de la categoría: «Los daños son enormes y hoy no tengo 4.000 pesos, el dinero que me llevará recuperar el auto», sostuvo después de analizar los daños.
Otro desparramado importante ocurrió entre los dos representantes de Tres Arroyos: Damián Aparicio contra Martín Alarcón en la curva de arriba, con el prematuro ingreso del auto de seguridad. Mientras tanto, en pista Oscar Fornes alcanzó a superar a Gerardo Gianotti después de una estupenda largada, y lo propio realizó Daniel Crevatín sobre el representante de La Madrid para abrir un nuevo duelo en la temporada.
Las dos primeras vueltas de alta tensión arrojaron después la exclusión de Cristian Lombardo, y más 20 segundos de recargo para Agustín Alvaro por impactar a Juan José Martinelli, sin embargo el azuleño nunca llegó a leer la marcación de la sanción por su prematuro abandono.
En el quinto giro, con seis autos menos, se reanudó la competencia. De a poco Fornes estiró diferencias en la vanguardia, mientras Crevatín aplicaba el argumento de sostener los embates de Gianotti y esto provocó la cercanía de Diego Valisi.
La 14ª vuelta mostró el segundo cartel de auto de seguridad por la mala ubicación de Leopoldo Cirioli al ingreso de la recta principal (venía quinto) producto de la rotura de una llanta delantera y en ese mismo momento ocurrió algo insólito: se desprendió el tanque de combustible de Matías Errobidart a la salida de la primera curva. Toda una preocupación.
La bandera verde apareció nuevamente a tres giros del cierre con ocho autos en pista. Oscar Fornes volvió a imprimir un ritmo inalcanzable luego de haber tenido una ventaja en la ampolleta superior a 5 segundos; pero Crevatín no tenía el medio mecánico para intentar la maniobra de sobrepaso y supo sostener a Gianotti, hoy su rival directo en el campeonato.
Cuarto arribó Diego Valisi, seguido por el tresarroyense Ignacio Guisasola. Sexto terminó Eduardo Borgnis, luego de ganar un puesto por el recargo a Martín Benaglia, siendo octavo Leandro Di Crocce con el total de vueltas. Noveno concluyó Jonatan Anderson pero ya a 4 vueltas y décimo Matías Errobidart a cinco giros del ganador.
Oscar Fornes logró su desahogo esperado en la Monomarca y desde ahora sabe que los nueve capítulos que restan serán sin el compromiso de cumplir con el requisito de ganar; sólo tratar de triunfar para lograr su tan ansiado título, el que busca con Raúl Cobos como preparador.
Gutiérrez, un especialista en Tres Arroyos
Algunas estadísticas no tienen discusión. Menos cuando la Promocional 850 del Sudeste visita el Autódromo Segundo Taraborelli de esta ciudad. La temporada pasada la categoría compitió en tres ocasiones en la «Capital Provincial del Trigo» y en todas Walter Gutiérrez accedió al podio: dos veces como ganador, la restante siendo el escolta de Carlos Román.
La contracara resultó Rafael Stracquadaini -el candidato para todos- pero el azuleño no pudo mantener el nivel demostrado en la clasificación, serie y prefinal. Hasta la primera parte de la competencia era el líder indiscutido pero la rotura del motor de Daniel Staengel por un fortísimo toque de Alfredo Pérez provocó un reguero importante de aceite que se convirtió en una trampa para varios.
El primer damnificado fue Stracquadaini, pudo advertirlo Gutiérrez, lo mismo Serra con Morey, pero más atrás empezaron los problemas: Roberto Gisler impactó contra Carlos Román que debió ingresar a sustituir el neumático trasero izquierdo; lo propio ocurrió con Luis Alegre al dejar fuera de combate al campeón por un tremendo golpe lateral y el retraso del Rafa hasta el quinto puesto.
Ahí nomás apareció el Auto de Seguridad para quitar a los protagonistas que habían quedado desparramado. La reanudación se hizo esperar algunas vueltas -cuatro en definitiva- y de nuevo la misma marcación cuando todos habían vuelto a acelerar.
Con cuatro vueltas por delante se produjo el relanzamiento definitivo, con todos transitando con precaución el sector que tenía la marcación de aceite. «Hice mi propia carrera, tal vez cuidé demasiado, pero no me podía equivocar porque la pista estaba complicada. Frenaba y aceleraba bien pegado a la cuerda tratando de mantener la distancia con (Horacio) Serra», dijo el ganador Walter Gutiérrez.
Tampoco había motivos para arriesgar porque el gasto de la carrera había sido inmenso y los principales protagonistas no iban a ceder nada. Dentro de ese parámetro Horacio Serra entendió que estar de nuevo en el podio era negocio para el campeonato, más teniendo detrás a su coterráneo Mario Morey que recuperó la unidad y ya estaba satisfecho con llegar al podio.
En el juego de las conveniencias Rafa Stracquadaini se quedó con el cuarto puesto, pero por dentro masticando bronca por haber agarrado la mancha de aceite que le quitó la posibilidad de ganar; requisito que se torne indispensable pensando en la obtención de la corona. Mientras tanto, en silencio, Diego Tartúferi se recuperó de la carrera anterior en La Bota para ser quinto.
Marcos González se acomodó sexto, escoltado por el chillarense Adrián Martínez, seguido por los Renault de Sergio Beltramella y Luciano García para cerrar el Top Ten Gustavo Marsiglia, uno de los que se llevó la peor parte por el desparramo ocurrido en la parte de abajo del técnico escenario de Tres Arroyos. Lo más importante es que Gutiérrez siguió fiel a su historia, de ser protagonista en el «Segundo Taraborelli».