¿Hay que acostumbrarse ahora a perder el TC?
El monstruo de cemento, es decir el autódromo «Hermanos Emiliozzi», servirá el próximo año para las competencias automovilísticas zonales, para hacer «picadas» en la recta frente a boxes o para realizar pruebas de ciclismo (el 5 de diciembre el Gran Premio Santa Elena y el 12 el Campeonato Nacional de veteranos). Nada más.
Demasiada infraestructura para tan poco. Pero los olavarrienses tendremos que ir acostumbrándonos a perder una fecha del calendario de la categoría más popular del automovilismo argentino. En la reunión que el mismo domingo tuvieron Cajén y Oscar Aventín, presidente de la ACTC, quedó claro que Olavarría será «castigada» por no vender las 10 mil entradas exigidas. Se vendieron 7.800.
Es que más allá de la gran fiesta del TC, ese mismo fin de semana (largo) en nuestra ciudad se inició la Expo en la Sociedad Rural, mientras que el domingo se llevó a cabo la fiesta de Espigas. Sabiendo con antelación que el 10 de octubre se realizaba la carrera (la ACTC define con antelación las fechas de su calendario), ¿no podría haber sido mejor cambiar la fecha de la Expo?.
Es que todos los espectáculos se superponen (y no hay que olvidarse que anoche cantaba Andrés Calamaro en el gran gimnasio de Estudiantes) y así no hay bolsillo que aguante. Porque el TC costaba 90 pesos y se podía pagar en tres cuotas. Pero el olavarriense (muchos, no todos) le dieron la espalda a «su» fiesta tuerca y entonces la ciudad es la que pierde. Aunque -como dijo el intendente municipal José Eseverri- lo que se ha perdido es, quizá, la tradición por ver al Turismo Carretera. Precisamente en una ciudad que alguna vez se la denominó «Capital del TC».
Pensar que hay ciudades que desearían tener un autódromo como el «Hermanos Emiliozzi» para tener una carrera. Porque ese fin de semana quedan más de 10 millones de pesos en los distintos comercios (con seguridad, los supermercados, restaurantes, kioscos, estaciones de servicio, hoteles, etc., trabajan más que nunca y bendicen al TC), lo cual significa un importante empujón desde el punto de vista económico, y ese flujo de dinero que ingresa luego circula en la misma ciudad para reactivar la economía.
Pero parece que son unos pocos los que se dan cuenta. O quizá perdieron la pasión por esa fiesta del automovilismo. Es cierto que sería fantástico que Olavarría tuviera un piloto en el Turismo Carretera porque sería una gran motivación para todos, y en eso andan Sebastián Ciprés, Agustín Herrera, Martín Laborda y Nicolás Pezzucchi, pero a veces tienen que andar mendigando un peso para poder subirse al auto y correr, porque la ciudad no los apoya como se debiera. En fin, los olavarrienses somos difíciles de comprender… Mientras tanto, seguimos perdiendo cosas.