La convicción de Etchevarne
Esas eran las reflexiones de “Santino” Etchevarne, en las primeras horas de la mañana, antes de la serie.
Los movimientos selectivos, y prefinales fueron cambiando el “destino” de los cuatro gladiadores, solo Flores, complicado por la falta de ritmo, podía aspirar a insertarle presión al puntero del campeonato, en tanto Delgado y Finocchio, casi se despedían del sueño, antes de la definición, porque solo les serviría ganar, y que “abdicara” el nuevo rey.
La extenuante carrera, tenía al “Gringo” Celiberti como dominador excluyente, haciendo todo redondito, utilizando a pleno los motores de Mario Winnicki, mientras Etchevarne, trabajaba en torno a su objetivo y Cristian Romero, entregaba una de sus mejores producciones, con el Torino elaborado por el “Chino” Elgadab, superando al líder del campeonato, que solo tenía en la mira, la soñada ilusión.
“Fede” Barreiro, hacía otra gran tarea, transitando cerca de Etchevarne, grupo que le otorgaba entretenidos condimentos y matices, a la batalla. De menor a mayor los despliegues de Marcos Moreno, en una nueva etapa, “Pancho” Di Fonzo, y Raúl Gómez.
Concluyente el triunfo de Celiberti, soberbia la tarea de Cristian Romero, pensante y aplicado el trabajo del nuevo y digno campeón de la clase “B”, que con enorme esfuerzo y trabajo, pudo enhebrar el sueño de todo piloto. Párrafo aparte, para Sergio Messa, un virtuoso motorista que también subió al lugar de los elegidos.
Otro certámen ha llegado a su fin, con la nueva generación arriba, destilando talento y convicción. La guardia joven se hace sentir, es el común denominador y futuro del automovilismo.