Misión cumplida
Un cierre entretenido estableció APAC, junto a las categorías teloneras en el histórico circuito Martín Fierro, con la media habitual de máquinas, y cerca de dos mil quinientas personas, acompañando el broche de oro del certámen.
El “Tigre” Orsi, estrenó con bombos y platillos el título, ganando de punta a punta en la clase mayor, mientras Horacio Celiberti pudo romper el maleficio, saboreando en su terruño la primera victoria.
Santiago Etchevarne, le tributó gran alegría a la gente del óvalo, consagrándose campeón de la clase “B”, con la máquina motorizada por Sergio Messa.
Más de un centenar de autos, con las otras divisionales, T.C. del Sudeste, Fórmula “A” y la Limitada Belgranense, le dieron marco y color a la jornada final de la temporada.
Cuaterno para el “Tigre”
Logrado el título, Orsi se despojó de todas las presiones, y desembarco en la última batalla liberado de pelear, aunque había una asignatura pendiente, que era ganar en el Martín Fierro.
El de Napaleofú había anotado victorias, en todos los escenarios donde corrió la categoría en el 2010, Tandil, Lobería, y Coronel Vidal, por eso que el triunfo, era el atractivo primordial para esta carrera.
No fue fácil, el último desafío del año para el campeón, porque Vallo ni bien puso en pista el Chevrolet, daba la sensación que la herramienta era letal, y el último ganador en Vidal, podría repetir.
Claro que, las “chances” de los dos postulantes al lugar más alto del podio, quedaban escritas en las prefinales. “Se hizo un repaso general, no se tocaron muchas cosas, el auto está como en Coronel Vidal” comentaba Germán Orsi, mientras el “Lole” Vallo, estaba muy entusiasmado con la parte final del campeonato.
El monarca, salió muy rápido en la definición, “clasificando” en los tramos incipientes, haciendo una luz, que le permitía dosificar fuerzas promediando el combate, cuando los autos, sienten el castigo de la contienda, y los metales, padecen el estrés por el duro esfuerzo.
La estrategia de Orsi era inteligente y clara, sabía que Vallo se iba a aproximar, y así ocurrió. El combate levantaba las acciones, y temperatura, el de Villa Gesell, llegaba a los escapes del puntero, empresa nada fácil, y de puro rendimiento, pero más complicado sería el sobrepaso.
Segmento final con lucha abierta en la punta, detrás Laucirica “bailaba” a más de cinco segundos, y Pedersen complicado, peleaba con el Falcon, de Reinaldo Fernández que se debatía ante varios “chivos”.
Orsi, sobrio y aplomado se quedaba con una lucida conquista, quedando Vallo como digno escolta, completando el podio Gastón Laucirica, que lograba el subcampeonato de la categoría.
En orden de méritos, cuarto Fabio Pedersen, peleando con Reinaldo Fernández, luego Ruiz de Azúa, y Alberto Domínguez, utilizando el de Ayacucho, los motores de Alberto Sansiviero. Completaron la plantilla final, Carlos Buduba, Julio Palacio, y el legendario Eduardo Finocchio.