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J. Santamarina: Uno de los guerreros del Dakar

El Dakar es el máximo esfuerzo, seduce y cautiva a cualquier público, sin límites de edad o géneros. Es el templo de la aventura, la solidaridad y los grandes desafíos. Es una fuerza llena de magia, pasión y espíritu deportivo. Es el rally más extenuante del planeta, un sentimiento que no tiene límites, con perfume de combate, y de cansancio. Es el sueño de los héroes.

El magnetismo es insuperable, una entrega con más de nueve mil quinientos kilómetros, de riesgos, aventuras, alegrías y tristezas. Varios argentinos se lanzaron al ruedo desde el primer día del 2011, entre ellos, aspirantes con raíces tandilenses, tal es el caso de Jorge Miguel Santamarina, un joven piloto todoterreno, residente en Cariló.

El ex campeón Nacional de Quadcross y vencedor del Enduro del Verano 2009, entregó una espléndida tarea a lo largo de toda la difícil aventura, logrando el primer triunfo,  en una de las etapas de la emblemática carrera.

La experiencia fue única, no tiene parecidos, todos los días, un desafío distinto. Las jornadas son pesadas, duras,  de doce o catorce horas arriba del “cuatri”, durmiendo tres o cuatro horas, pera la realidad es que estábamos bien preparados, entrenados y pudimos demostrarlo”.

Estoy muy contento con mi papel, y con mi trabajo. Hicimos un despliegue de menor a mayor, día por día”. 

El trabajo en grupo resultó fundamental, “Más allá del cansancio,  compartir con algunos amigos y pilotos que estamos juntos en gran parte del año,  fue gratificante, y nos ayudó mucho esa compañía, para encarar con más optimismo cada etapa. Con Javier (Pizzolito) y con Pablo (Rodríguez), compartimos cada vivac,  pudimos terminar,  y disfrutar juntos esta aventura”.

Hay que valorar lo bueno, el aprendizaje, la experiencia que deja esta carrera, y tratar de aprovechar al máximo todo lo que hemos vivido”.

Las dificultades y contratiempos, eran frecuentes, “Los momentos difíciles se generaron en los pasos, como el de Jama, un parcial extenso, alrededor de quinientos kilómetros, ascendiendo casi cinco mil metros,tuvimos un principio de hopotermia. La temperatura juega un rol preponderante, el frío se hace insoportable, poco oxigeno, y una gran amplitud térmica. Fue muy complejo ese parcial entre Jujuy,  y Calama, quedando allí muchos protagonistas”.

Con respecto al recargo fue un golpe anímico, ni habíamos llegado a mitad de carrera, me estaba posicionando, la idea era hacer un transito de menos a mas. Necesitaba terminar el Dakar, tuvimos que sobreponernos. No es fácil largar con seis horas de recargo, tenés que partir en último lugar, y se complica mucho el tránsito”.

Los momentos de alegría había que vivirlos y disfrutarlos, “Un lindo recuerdo Copiapo-Copiapo, el equipo estaba muy fuerte, anímicamente bien dispuesto, y después la etapa a Fiambalá, disfrutamos otro momento inolvidable”.

El Dakar es un evento que todo piloto quisiera correr, por su historia y te das cuenta lo que representa,  a medida que vas corriendo el rally”.

La gente te sorprende en cada lugar. Te esperan en las calles, en las rutas, estaciones de servicio. El público representa un condimento único”.

La preparación lograda en los meses previos al evento, fueron fundamentos básicos,  para un buen Dakar, “En lo que respecta al estado físico, perdía tres kilogramos, soy de contextura chica, pero los fuimos recuperando, con una buena hidratación, suplementación y barras proteicas”.

La pretemporada me sirvió mucho, trabajamos en lo físico,  y aeróbico, y ese entrenamiento resultó vital. Me sentí fuerte y bien para la exigencia. Hay que estar preparado para la resistencia física y mental para aclimatarnos a las largas jornadas de manejo y lograr la mejor condición en el vehículo. La resistencia psiquica es clave, porque hay que mantener la calma. Si no hay esa serenidad en el análisis y en las decisiones, todo se complica”.

Ahora volveremos trabajar en pocos días, hay que estar todo el año haciendo “un programa de tareas específicas”.

Las largas jornadas y la vida en el campamento, vivencias inolvidables, “Después de terminada cada etapa, y al llegar al vivac, cerca de las cinco o seis de la tarde, hay que continuar con las diferentes tareas, el tiempo pasa muy rápido, te diría que vale oro. Allí, se hace una evaluación, se charla lo bueno y lo malo, se habla con los mecánicos, además hay que alimentarse bien, y rápido. A las veinte horas, llegaba un “briefing” y reunión, con los comisarios deportivos, donde te marcan los puntos, los lugares más complejos, cargas de combustibles y otros detalles de la etapa del día siguiente. Posteriormente llegaba la cena, y cerca de la medianoche nos marchábamos a descansar. No era muy largo el tiempo para el sueño, porque a las cuatro de la mañana, había que salir, para cumplir con algunos enlaces que eran bastante extensos”.

El Dakar tiene un veinte por ciento de competición, pero el ochenta restante implica aventura, esfuerzo y la gloria por llegar, “En este desafío aprendí muchas cosas, que solamente se vive de adentro del Dakar. Disfrutamos cada momento del evento, y etapa por etapa. La experiencia de hacer todo el raid, de cumplir con todas las etapas ha sido positiva, la idea es estar en el 2012, con más posibilidades. Nos estamos recuperando de alguna tendinitis, y dolores musculares, pero comenzaremos en pocos días a planificar la temporada”.

Vamos a ver lo que ocurre el año que viene, este cometido nos dio enseñanzas, y nos servirá para el que viene,  que tendrá otros condimentos”, comentaba el ex campeón nacional de quad, a www.vertigomotorsport.com.ar.

 

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