Excitante definición de APAC
Un epilogo cargados de condimentos, matices y diferentes alternativas tuvo la fiesta de APAC en el Parque Juan Silva de Rauch.
El weekend regional pasó climáticamente por muchas etapas en pocas horas, desde una lluvia copiosa cerca de la medianoche, hasta una agradable temperatura en la jornada dominical.
Un escenario que en las primeras horas de la mañana, parecía imposible acondicionarlo para llevar a cabo un espectáculo, pero la gente de APAC, junto al Comisario Deportivo Luis Lende, conocedores de estos desafíos, pusieron manos a la obra, y antes de las 14 horas, la fiesta estaba en movimientos, con llamativa continuidad, para llegar con luz natural a clausurar el último show de la temporada.
Adrenalina, nervios, tensiones y alta temperatura se vivía desde las series, donde la “calculadora”, las operaciones o proyecciones, estaban a la orden del día.
Los “chivos” se hicieron fuertes
Si miramos, y monitoreamos las dos definiciones, en el grupo mayor, la partida del «Pepe» Larroudé delante de Diego Castañino, jugaba a favor del hombre local.
Por la gloria de la batalla, peleaban Reinaldo Fernández, Finito Pedersen y Walter Padula. Los dos fores, se enfrascaron en duro y cruento combate, incluso «viviendo» un par de vueltas adelante, pero por diferentes razones, quedaban detrás de los chivos.
Padula, como en la serie y prefinal, manejó las acciones con gran personalidad, sin errores, haciendo una tarea aplicada, controlando a “Pepe” Larroudé, que “relojeaba” por los retrovisores, a Castañino, que no estaba en una jornada feliz, la pista «golpeada» fue un karma, para quien mayor cantidad de puntos cosechó en el 2011.
El que le metió presión al ex teceista, fue “Santino” Etchevarne, pero no era fácil, para el joven serrano, quebrar la férrea resistencia del ahora, cuatro veces monarca.
Padula, se quedaba con una laboriosa, y merecida conquista, superando a José Larroudé, que lograba una rentable operación, guarismos que le alcanzaba para desplazar al líder de la copa de Oro, Diego Castañino, y enhebrar el cuarto título, en la categoría.
Completando el podio, encontramos al «cumpleañero» Reynaldo Fernández, que estuvo en la disputa por la victoria, el representante de Tandil, y Vela, utilizó el mejor auto de la temporada, con un motor by Trejo, quedando detrás Santiago Etchevarne, recargado con un puesto, por un roce con R. Fernández, pero cumpliendo otra gran labor, siendo una de las gratas revelaciones de la temporada.
Párrafo aparte, para el quinto lugar de Diego Castañino, el más ganador del año, el que acopió más puntos en el ejercicio, el hombre a batir, pero no pudo encontrar el auto en la carrera definitoria, en el último eslabón. Quizá la explicación de este segmento final, hay que buscarlo en la carrera de Tandil, donde no pudo sumar el puntaje que lo afirmaría, en esta nueva conducta de campeonato.
En orden de méritos, decorosos trabajos de Alberto Domínguez con los motores de Alberto Sansiviero, Adrián Junco y Carlos Gelado, el hombre de La Chiquita Competición, que siempre se las arregla para sumar.
Completaron los diez, Cristian Romero, y el legendario hombre de Gral Pirán, y ex carretero, Eduardo Finocchio.
Exclusiones y fiesta
La clase “B” tenía a ocho “pretendientes” para una sola corona, pero algunos para acceder al cetro máximo, debían llegar a la victoria.
Los veinticinco capítulos finales, mostraban aspirantes que destilaban actitud, temperamento, y sangre caliente. Todos al frente, y con estrategias bien marcadas.
Barreiro salía adelante, con rivales que pugnaban por ese horizonte nada fácil de llegar, pero el de Gonzáles Chaves, concentrado en el objetivo, tenía claro el libreto, manejando muy bien los tiempos del combate.
Cuando Mendizábal, se puso cerca, el nuevo monarca, no le opuso reparos sabiendo que la corona estaba cada vez más cerca, se “desinflaba” con el correr de las vueltas el “Rafa” Lamarque, quedando todo a pedir del futuro comunicador visual de Chaves.
Epílogo excitante y emotivo, Mendizábal al frente y ganador en pista, pero excluido en la técnica por no dar las medidas de la alzaba de la leva, y la fiesta completa para el “Fede” Barreiro, con la temible “avarienta”, y un show para el recuerdo con mucho ruido y color, de todo el grupo fiel, del nuevo campeón.
El podio lo completaron, Horacio Walter de muy buena temporada, y Juan José Gamas, que se prendió en la parte final del certámen.
El hombre de Nahuel Rucá, Marcelo Gusmeroli, estuvo cerca, y fue uno de las protagonistas para tener en cuenta, enhebrando un decoroso cuarto lugar, completando los cinco primeros, el «crédito» de la Autopeña Napaleofú, José Luis Pérez, en su tercera carrera, llevándose un resultado altamente satisfactorio, y que lo perfila muy bien para el año próximo.
Completaron los clasificados A. Rios, Mario Ferreyro, Juan Picone de gran tarea, Mario Ciancaglini, D. Morán, Martín Soto, que estuvo cerca del podio y el local, Sebastián Buduba.