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No juguemos con fuego

Una situación que ha dejado diferentes reflexiones en el semillero de talentos, y uno de los temas, que preocupa a los directivos, a los pilotos, y a los padres de los jóvenes, que forman parte de la cantera regional.

El lastre, o el agregado extra de plomo, particular “invento” criollo, para equiparar a las categorías, es un arma que puede accionar en cualquier momento, y lo pudimos comprobar en una divisional, donde participan, chicos de diez u once años.

El particular desenlace, tuvo lugar en la competencia final de la clase Pre Juniors, en el circuito Martín Fierro de Rauch. Un disco de plomo (lastre), se desprendió de una de las máquinas, sin impactar o golpear felizmente a ningún protagonista, ni tampoco,  a persona alguna del público,  que en esta categoría, se instalan cerca de la pista.

El hecho pudo ser grave, solo fue un accidente para tener en cuenta, y ahora habrá que encontrarle una urgente resolución.

Es importante destacar, que en el semillero de talentos, algunos vehículos contienen un excesivo peso, de veinte, veinticinco kilos, y aún más, que el piloto lleva en distintos lugares, y en su espalda, adherida a la butaca. Un arma que puede accionar, ante un despiste o impacto.

Habrá que pensar, motorizar y diagramar con premura algunas soluciones, o la abolición de ese elemento, para no volver a cometer equivocaciones que pueden dejar consecuencias muy graves.

Es de esperar, que los responsables, y técnicos,  que han implementado esas medidas, encuentren otras, para el fin en cuestión.

 

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