"Perdoná si al evocarte, se me pianta un lagrimón"
Hace treinta y cinco años, se ponía en marcha una ilusión, un desafío, un sueño de grandes pioneros del automovilismo serrano.
Se inauguraba el semipermente Ciudad de Tandil, un escenario con una belleza natural incomparable, lugares pintorescos, y con una escalonada y bella topografía.
El trazado de 32 kilómetros, enclavado en una zona de las más atractivas que tiene el distrito, llevó algunos años, y su adecuación y construcción, se inició en el epilogo de los años 60, en los albores y mitad de los 70.
Una tarea que no tuvo pausas, y fue llevada a cabo por grandes y destacados impulsores, entre otros Don Pedro Blanco, Alberto A. Iribarne, el Dr. Martín Zubeldía, junto al Dr. Osvaldo M. Zarini, quien era ministro de Educación de la Provincia , y nexo para esa obra, el Profesor Daniel Perez, Francisco Fiego, y la disposición del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Moragues, y el Ingeniero Zubiri.
Uno de los mejores trazados de la época, con 17 kilómetros intrincados, desde La Porteña, Montecristo, Quinta Belén, curva de Marchini, Club Banco Provincia, Rotonda del Lago, Tandil Auto Club, zona denominada La Vivorita y El Gallo.
Un recorrido que no era para cualquiera, difícil para “domarlo”, peligroso en algunos tramos, pero con una atracción singular para transitarlo, reflejaban los actores de la máxima.
Para muchos, el semipermanente de Tandil, era el banco de pruebas de la época, para otros, el «Nurburgring argentino», pero este presentaba mayor extensión, ya que el complejo escenario teutón tenía algo más de 22 kilómetros, casi diez menos que el tandilense.
En la inauguración, un 5 de Diciembre, más de cincuenta mil almas “tapizaban” las sierras más antiguas del planeta, con una escenografía única, y un cautivante colorido.
Como no podía ser de otra manera, un grande como el “Flaco” Traverso anotaba su nombre, como el primer ganador en el semipermanente, con un Falcon, de la Comisión de Concesionarios Ford.
Diecisiete vueltas de Tandil, se llevaron a cabo en los 32,200 kms del circuito serrano, y cuatro realizaciones especiales, dos ediciones de la Vuelta de Lobería, una de Benito Juarez, y una competencia Apertura, organizada por la ACTC, totalizando veintiún eventos.
El 8 de Marzo de 1992, quedaba desafectado, uno de los trazados que hicieron historias en sus casi quince años. Cuando recorremos sus paseos, y bellezas, sentimos un cosquilleo en el corazón, recuerdos imborrables, y la música nostálgica de los T.C.. Como dice la letra de Le Pera y Battistella, «Perdoná si al evocarte, se me pianta un lagrimón».