El marco imponente de las sierras
Un espectáculo diferente, movido, con buenos condimentos entregó el rally Ciudad de Tandil. Los que se apostaron en el especial de 16,500 kilómetros, Desvío Aguirre-El Solcito-El Paraíso, disfrutaron velocidad, acción, y maniobras intrépidas, de los calificados actores, de esta disciplina cautivante.
No menos atractivo fue la demostración en La Cascada, con un «repertorio» de variantes, bien ejecutadas por los distintos protagonistas.
El público apostado en la topografía serrana, vivió este nuevo desafío, con una pasión muy particular, desafiando la niebla y frío en la primeras horas de la mañana, felizmente el sol de la tarde, le puso un condimento extra a la fiesta serrana.
El calor, y la temperatura estuvo en el campo de batalla, con el valor agregado que entregaban el bellísimo paisaje, la destreza de los hombres, el ruido de las máquinas, y el “asado”, en familia y con amigos.
En el exigente tramo, emergieron esas variantes propias del rally, las maniobras exquisitas de los actores, y el “vuelo» alucinante de algunas máquinas, las integrales de la N4, que tripulaban el azuleño Adrogué, Karina Dobal, y el líder del campeonato Agustin Mondani, llevando con la punta de los dedos, los poderos “Mitsu” del Quattrocchio Rally Team, los batalladores del grupo A, Juan Soria, y Carlos Etzel, el cuarteto de guerra de la A Light, Germán Manzo, Dario Pereyra, Mario Martin, y «Fito» Buis, y los gladiadores y máquinas de las N, Pablo Carcano con el leon de las sierras, el Ka de Abonjo, el Corsa de Bruno Carcano, y los rendidores «golcitos» de Mario Llinas, y Gonzalo Teruel.
Algunos vuelos fueron para una postal, y para decorar el paisaje «glamoroso» que proponen las sierras, y la naturaleza tandilense.
Un atractivo y colorido “weekend”, para seguir recordando, para “repasar” las memorias, aguardando una nueva aventura, dentro de algunas semanas en otro condado bonaerense.