El Aguilucho y su día de gloria en las sierras

Por Luis Orlando Sanchez.

El emblemático Oscar Alfredo Gálvez ganó una sola vez en las sierras, y lo hizo en el año 1960 en el legendario circuito Vuelta a la Carretera, trazado de 47,800 kilómetros. En Tandil alcanzó su conquista N° 37, en la 7° edición de la clásica carrera que comprendió 34 ediciones.
Un ídolo emblemático del automovilismo argentino, fue Oscar Alfredo Gálvez, notable piloto y mecánico de la época dorada del Turismo Carretera. El Aguilucho, desarrolló 177 carreras, en 27 años, con 43 triunfos en la categoría más popular y 6 en autos especiales, 6 Grandes Premios, 5 campeonatos en la máxima (1947, 1948, 1953, 1954, y 1961, y 6 subcampeonatos.
Aquel domingo 6 de Noviembre de 1960, el TC corría en el clásico escenario Vuelta a la Carretera de 47,800 kilómetros, lugar cautivante, con cantidad de variantes, y la particularidad de transitar avenidas de la ciudad.

Vuelta a la Carretera, «Alberto Logulo»
El convocante escenario, se lo había denominado Alberto Carlos Logulo, en homenaje a quien había perdido la vida dos meses atrás (4/9/60) en las clásicas «1000 Millas Argentinas» , cerca de Pilar.
El marplatense había ganado tres ediciones consecutivas de la «Vuelta de Tandil «(1953/1958 y 1959).
El trazado, transitaba zonas urbanas, recorría avenidas prestigiosas de la ciudad, Avellaneda, Rivadavia y Juan B. Justo, las rutas provinciales 30, 74 y 226, uniendo el bello trazado, por el principal acceso a Tandil de aquella época, ingresando en “El Paraíso”, y las hoy avenidas Fleming y Brasil.
El bello circuito de las sierras, tenía variadas alternativas, un mix de paisajes y la atracción de lugares urbanos, por calles y arterias que cotidianamente recorría la gente y los lugareños.
El escenario conformaba un lugar seductor, para disfrutar el sonido de los motores, el manejo de los ases y la velocidad de los autos, óptimo para divertir tanto a los que manejaban como a los que miraban.
Cerca de 48 kilómetros, recorriendo los protagonistas una docena de vueltas, con sectores y variantes cautivantes, que quizá no podía entregar ningún otro reducto.

Acción, velocidad y lluvia
Casi medio centenar de pilotos registraron su inscripción para la competencia de Tandil, fecha N° 22 del campeonato. Participaron 43 actores, con la ausencia del gran campeón Juan Gálvez.
Desde la partida, Oscar Alfredo Gálvez y su recordado Ford, blanco y negro con el N° 2 en los laterales, capturaba con aplomo y decisión la punta de la competencia, seguido por Rodolfo de Álzaga Unzué, en una puja equilibrada a través de las primeras vueltas.
En la persecución, «viajaban» Sergio García Uriburu, Luis Vázquez, Ángel Teodoro Rienzi, Ernesto Petrini y el tandilense Anselmo Quintanar (había encontrado un gran potencial con el aporte de Luis Javier Vázquez), luchaban por los puestos de privilegio.
En la cuarta vuelta, el «Aguilucho» superaba a «Rolo» Álzaga en el camino, pero una piedra levantada por el representante de Caballito, deterioraba el parabrisas del Ford Nº 1, quedando trunco el mano a mano, planteado por ambos pilotos.
Esa circunstancia, hizo que Álzaga tuviera que mermar su rendimiento, mientras su acompañante, «Mingo» Colanero, el chacarero y preparador de Las Rosas, rompía los vidrios traseros, para no embolsar el flujo de viento.
En la décima vuelta, una torrencial lluvia arreció sobre el circuito, que obligó a los corredores a transitar con precaución y disminuir sensiblemente la velocidad.
El debutante local Anselmo Quintanar, que venía cumpliendo una meritoria performance, se retrasaba al acusar problemas con el carburador, luego su auto se fue del camino, cayó a una zanja, siendo devuelto al camino por un grupo de aficionados, frustrándose lo que fue una destacada entrega.
Determinante victoria del inolvidable «Aguilucho» sobre doce vueltas (573,600 Kms) en 3 horas, 48 minutos 51 segundos 1/5, a 150,381 Kms de promedio, cómodo trámite sobre el final, superando por más de nueve minutos a Luis Vázquez, arribando tercero Sergio García Uriburu, cuarto el hombre de Olivos Angel Teodoro Rienzi, los cuatro con la marca del óvalo, y quinto el venadense Raimundo Caparros con Chevrolet.
Luego, llegaron Rodolfo de Alzaga, Ernesto Petrini acompañado por «Bimbo» Fiorentini, Rolando Córdoba, Adolfo Sogoló y el marplatense Eduardo Rabbione.
Undécimo fue Remo Gamalero, décimo segundo en destacado trabajo del debutante y recordado tandilense Anselmo Quintanar (46), acompañado por Antonio Rodriguez que estuvo «prendido» en el lote de punta hasta que un problema de carburación (cerca del histórico «Boliche López, en Avellaneda y Brasil), y luego un despiste le hizo perder varios lugares.
Aníbal Muñoz, el cordobés Otto Alfredo Parodi y Luis Angel Ferraris quedaron ubicados dentro de los quince clasificados.
Había producido también su debut David Emilio Moscardi, nacido en Tres Arroyos, acompañado por el «Sapo» Horacio Bugna. El tandilense por adopción, fue un apreciado colaborador de Félix Palacios, «Pichón» Araquistain y el velense «Cacho» Di Fonzo, en esta experiencia, sufría un vuelco en la zona del paraje «Salto de Piedra», rompiendo el vehículo, y desertando de la prueba.
En cuanto al ganador de la competencia, Oscar Alfredo Gálvez, fue conocida la amistad y el afecto a lo largo de los años, con Juan Jarque y su familia, con quienes compartía en la calle 14 de Julio casi Las Heras, su estancia en Tandil.

 

 

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