Cuando un amigo se va

En los últimos días se fue Osvaldo Sánchez, apasionado del zonal y de la Fórmula Uno, colaborador de medios de prensa y hasta se dio el gusto de compartir como acompañante, un auto de competición. El «Gallego» estuvo siempre vinculado a los deportes mecánicos, dándole una mano a algún equipo periodístico, disfrutando con este grupo de amigos, los primeros años de nuestra publicación, en los albores de la década del 80.

El Turismo Mar y Sierras, lo tuvo como uno de los divertidos acompañantes, junto al recordado piloto de San Cayetano, Antonio Di Marco, época folklórica y de grandes recuerdos, muy feliz para Osvaldo, deleitándose con la potencia de un auto zonal.
Sus ilusiones y sueños, era conocer los más exóticos y alucinantes escenarios del mundo, y paso a paso, temporada tras temporada pudo alcanzar ese anhelado objetivo, viviendo y conociendo la máxima categoría del automovilismo, concretando experiencias únicas y momentos inolvidables.
En su barraca o ese templo de los Sánchez, en la Avenida Del Valle al 200, frente a lo de su gran amigo «Beto» Woollands, que también nos dejara hace un tiempo, era asiduo verlo al «Gallego» con un grupo de amigos, disfrutando y recordando lindos momentos de la vida, desde la niñez en un barrio de trabajo, las épocas inolvidables en el Colegio San José y los recuerdos de la ciudad, durante la hermosa etapa de juventud.
Se mezclan muchas sensaciones, cuesta asumir su partida, queda un espacio vacío. El recuerdo para el amigo, nuestro pésame, y acompañamos a su familia en este momento de dolor.

 

 

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