«Le pedí a Dios y a mi abuela que me ayuden»

El pasado 29 de agosto no fue un domingo más para Pablo Buduba. Después de varios sinsabores, el rauchense venció en el «patio de su casa», dentro de la Clase A de APAC, y desató el festejo de los locales en el Parque Juan Silva. Una estrella desde el cielo guió al otrora campeón de la Promocional del Atlántico a la victoria, que ahora, va por más.

Pablo Buduba puso primera con la Dodge, en APAC. Semana y fracción atrás, el piloto de la ‘Capital del Ave de Raza’ se alzó con el triunfo en la cuarta fecha del año, dejando atrás una racha con poca fortuna en la categoría.
Emocionado al bajar de la unidad gris, confesó que durante la carrera le rezó a su abuela (fallecida hace pocos meses). «Muy contento. Se buscó mucho, la perdimos dos veces en Mar del Plata. En Tandil tuvimos un despiste y no pudimos hacer podio, y esta no se nos podía escapar. Le pedí a Dios y a mi abuela que la perdí hace cuatro meses, que me ayuden. Toda la gente me deseó mucha suerte, y yo sabía que ese empuje me iba a llegar. Gracias a Dios se dio y estoy muy contento», expresó Buduba.
La victoria fue dedicada a su hija Micaela, que ese mismo domingo cumplía 14 años. «Le pude regalar el triunfo a la nena mía. A pesar de que uno ya tiene muchos años en el automovilismo, y carreras ganadas, esto es emocionante. Había mucha bronca acumulada y amargura por todas las veces que no se dio. Realmente reconforta», dijo Pablo y cerró: «Tenemos un gran equipo, mi hermano (Carlos) y todos los chicos han trabajado mucho en el auto, y acá están los resultados. Ganar de local es una alegría enorme».
Seguramente el 29/08/2021 quedará en la memoria de la familia Buduba y de todo el pueblo rauchense, que además festejó otro triunfo con ‘Pepito’ Larroudé en el Turismo Sport 1850.

 

 

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