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"Tengo un potencial bárbaro"

La última entrega de la Monomarca Fiat todavía perdura con fuerza en aquellos que se mantienen interesados ante cada movimiento. Hay simpatizantes, dirigentes, mecánicos, corredores. Todos ellos y unos cuantos otros forman parte de la gran familia tuerca. Y en ese gentío figura Sergio Sala. Hace muchos años. Acaso más involucrado desde la temporada 2006, cuando debutó sobre un auto de la Promocional 850.

Hoy, el marplatense ha fortalecido un gran reconocimiento hacia su persona. No por nada ganó dos campeonatos en la misma categoría de sus comienzos y siempre se mostró candidato dentro de la Monomarca Fiat y el TC2000 del Atlántico. De hecho, Sala pudo vencer en ambas. Pero también llegó a pasar bastante tiempo sin festejar. Hasta el último domingo, claro…

En Mar del Plata, cuarto capítulo de la especialidad que nuclea los tradicionales modelos Uno y 128, el premio mayor quedó en sus manos de forma irrevocable. El piloto que compite con un vehículo de los primeros, atendido por Luciano Lenoir (chasis) y Adrián Aizpún (motor), se impuso en la sumatoria de tiempos tras dominar las dos finales disputadas. Por cierto, hubo competencia bajo modalidad especial.

«La verdad, tengo un potencial bárbaro gracias al gran trabajo del equipo. Cortamos la mala racha, porque quería llegar y recibir la bandera«, comentó este entusiasta muchacho de 37 años. Queda claro que no venía bien, ya que había sumado apenas cuatro puntos sobre tres compromisos disputados. Esta vez, empleó toda su experiencia y las bondades mecánicas para encabezar los registros de ambas finales. Una particularidad: Carlos Vesprini fue el escolta al término de las dos contiendas.

«El auto se mostró muy bien de movida. Tuvo firmeza y no fue necesario hacerle nada puntual para afrontar la segunda carrera«, dijo Sala en primera instancia, donde manejó la largada y luego administró el desarrollo a placer. Y si bien no la tendría tan fácil al momento definitorio, el resultado terminó siendo idéntico. «Vesprini se me había escapado en la punta. Mi auto se quedó corto de nafta, el motor acusó un poco de fatiga y sentí que no podía hacer más nada. Ahí dejé enfriar un poco así no arriesgaba. Y sobre el cierre volví a la carga«, explicó de esa última experiencia. La síntesis sonó lógica: «La ganamos y estoy contento«.

Sala, nuevo tercero en el campeonato con 48 puntos, a 41,75 del líder Maximiliano Canal, reservó el último párrafo para Marcelo Labollita, el banderillero fallecido hace casi dos semanas mientras trabajaba en pista. «Acá tenemos que respetarnos entre todos. El objetivo es pasar un buen fin de semana como una gran familia. Y hay que cuidarse. Yo lamento mucho la desgracia que vivió el banderillero; ellos vienen a protegernos y nosotros, los pilotos, tenemos que hacer lo mismo. Hay que respetar siempre las banderas. Y bueno… lo siento por la familia. Quiero mandarle saludos«, cerró emocionado ante este medio. Fue después de su vuelta al triunfo. Con los pies bien pegados a la tierra.

 

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