C. Jarque tiene un espacio en su terruño
Luego de un arduo trabajo, finalmente se concluyó el monumento en homenaje al piloto tandilense Carlos Alberto Jarque. En un emotivo encuentro del que participaron familiares, amigos y amantes de los fierros, Tandil recordó el pasado sábado al talentoso piloto serrano, día en que hubiese cumplido 68 años.
El encuentro fue encabezado por el intendente Miguel Lunghi, quien estuvo acompañado por el presidente del Tandil Auto Club, Omar Francisco García, el jefe de Gabinete Marcos Nicolini, el presidente del Concejo Deliberante Juan Pablo Frolik, el concejal mandato cumplido e impulsor del proyecto Hugo Escribano, familiares de Carlos Jarque, Juan Manuelito Fangio, Héctor Flitter, Tulio Crespi y Rogelio Rotonda, junto a otros amigos del piloto, funcionarios municipales, concejales y representantes de agrupaciones de motos y autos.
Tras descubrir la réplica del auto, cubierta por una Bandera argentina y ubicada en lo que representa la curva de un autódromo, hicieron uso de la palabra las hijas del piloto fallecido, Guillermina y Paula. Posteriormente, Rogelio Adrián Rotonda habló en representación de los amigos del ex campeón; más tarde Juan Manuel Fangio II, que vino especialmente a la ciudad para la ocasión, y finalmente el intendente municipal Miguel A. Lunghi.
Cabe recordar que la iniciativa para concretar este monumento fue del ex concejal Hugo Escribano, también amigo de Carlos Jarque, quien luego de varios años finalmente logró que este sueño de la familia y de sus amigos se hiciera realidad.
El lugar elegido para emplazar este monumento fue nada menos que la Plaza del Automovilismo Tandilense Carlos Alberto Jarque, inaugurada hace cinco años.
El recuerdo de sus hijas
Paula y Guillermina Jarque fueron las primeras en brindar su discurso y con una mezcla de sensaciones lograron comenzar a recordar a “Carlitos”. En una carta dirigida directamente a su padre y con lágrimas en los ojos, manifestaron su agradecimiento a Hugo Jarque, quien puso manos a la obra para el monumento. “Otro Jarque más para admirar por su constancia, convicciones, manos de artesano y, sobre todo, por su bajo perfil; ya le dije a Hugo que se ganó el cielo por esto”, expresó Guillermina.
Además, agradecieron a Marcelo y Raúl Egea, quienes fundieron el auto en un trabajo “muy complicado pero con amor, dedicación y que a mucha honra lo terminaron”.
Luego fue el momento de hablarle directamente a su padre, recordando el 26 de julio como el día de su cumpleaños 68: “Este es uno de los mejores regalos; se cumplió un sueño y esto va a quedar para siempre. Muy merecido, viejo. Dejaste una gran huella en la familia, en la ciudad y en la historia del automovilismo; pero se te admira y extraña sobre todo por lo gran tipo que fuiste, un ejemplo de vida y con eso es con lo que más me quedo. Alegre, amiguero, leal, solidario, de confianza pura y miles más; así fuiste cuando estabas, y hoy, con tu ausencia, dejaste grandes surcos en la vida de los que te quisimos de verdad”.
Por último, agradecieron a todos los que hicieron esto posible y solicitaron que cuiden los monumentos de la ciudad y «si alguien ve que hay gente afectando a los paseos públicos, por favor que lo denuncie».
Además, resaltaron la participación de muchos pilotos y distintos amigos de la época en que “Carlitos”, como lo llamaban sus amigos, corría. “A muchas personas se les dificultó acercarse porque estaban de viaje o se les hacía imposible llegar, pero se comunicaron con nosotros como fue el caso del corredor Jorge Cupeiro o Jorge Asís, entre otros. Este fue el homenaje más lindo a una persona tan querida, y no sólo porque era nuestro padre. Se lo extraña”, concluyeron las hermanas
El legado de sus amigos
Luego fue el turno de su amigo Rogelio Rotonda, quien lo destacó como a una de las personas que hizo trascender a Tandil. Narró distintas anécdotas, varias de ellas risueñas, y recordó que en su barrio a “Carlitos” lo apodaban “Maní”, porque creían que era pura cáscara, aunque pronto demostró ser capaz de todo sobre dos y sobre cuatro ruedas.
Mencionó que ganó 158 carreras de motos, habiendo debutado con 14 años y poco más de 40 kilos. En su debut llegó segundo, detrás de Carlitos Fernández, y luego fue campeón 13 veces «aunque un año anduvo mal y apenas fue subcampeón”.
El director de este Diario, también repasó sus títulos de la Fórmula 4 y 2, su paso por Europa y su casi llegada a la Fórmula Uno. Contó anécdotas relacionadas con el rally Vuelta a América del Sur, con algunos de los viajes compartidos y con varias figuras consagradas del automovilismo.
“La vida me premió con su amistad y también fui su socio. De las broncas que me hacía agarrar, después terminábamos riendo, y su padre Juan puede dar fe de esto. Simple, bonachón, confiado, buen amigo, un famoso que nunca se la creyó. Por esa capacidad conductiva, por tantos logros, por lo que fue como ser humano, se merecía esto. Sus triunfos y sus títulos lo harán permanecer vivo. Esta plaza y estos monumentos lo instalan para siempre en el corazón y en la memoria de su querido Tandil”, expresó Rogelio Rotonda.
Para finalizar sus palabras, miró el cielo, emocionado, y expresó: “Salud, Carlitos. Feliz cumpleaños».
La palabra de Fangio
Por su parte, Juan Manuel Fangio, sobrino del quíntuple campeón, no sólo rememoró a su amigo sino que manifestó que Juan Manuel Fangio se veía él mismo en Carlitos cuando pensaba en su calidad de piloto, en su voluntad y su capacidad como mecánico.
“El legado que queda es el hecho de jugarse por una pasión ya sea arriba de un auto, en el trabajo, en la vida en general, y eso es lo que nos deja Carlitos: una persona que se jugó por una pasión y que dejó en el corazón simplemente amor, pasión y dedicación”, expresó.
Y agregó que “estoy muy honrado de acompañar este homenaje. Nosotros lo llevamos muy adentro a Carlos y la imagen que siempre tenemos era cuando pasaba con su moto a tomar el café de la tarde y sus camperas coloridas, aparte de las innumerables epopeyas deportivas”.
Orgullo tandilense
Antes de cerrar el acto, el intendente Miguel Lunghi destacó que con el emplazamiento de esta escultura “que tan bien simboliza una pasión en este espacio verde público, finalmente cumplieron con lo prometido oportunamente como lo fue construir una réplica de uno de los autos en los que corrió Carlos Alberto Jarque, para rendir homenaje a uno de los más grandes deportistas tandilenses de todos los tiempos».
El Intendente remarcó que fue sin duda un deportista cabal del automovilismo y que tuvo en su trayectoria logros imposibles de igualar. También lo definió como un apasionado, un grande que nunca perdió la humildad, lleno de talento y coraje, siempre dispuesto al consejo con la autoridad que le daba su vasta experiencia, siempre brindando su ayuda a los jóvenes pilotos.
“Carlos Jarque fue y es un orgullo para todos los tandilenses. Las emociones que nos brindó con sus victorias y títulos deportivos, sumados a su hombría de bien, quedan hoy inmortalizados en esta maravillosa escultura. Esta Plaza del Automovilismo Tandilense Carlos Jarque es también un tributo a todos los amantes y aficionados del automovilismo de nuestra ciudad, a todos los pilotos y grandes corredores que Tandil ha tenido y tiene. Es también a través de Carlos Jarque, un tributo a la pasión de los tandilenses por el hacer, al espíritu emprendedor y aventurero, al esfuerzo, trabajo y compromiso; valores que hacen de nuestro Tandil una ciudad única”, concluyó Miguel Lunghi.