El adiós al ilustre Sprinter
El pasado sábado, falleció en la ciudad de Córdoba, un ícono del periodismo de los deportes mecánicos Eduardo Gesumaría, más conocido por “Sprinter”.
Hombre dedicado a la actividad del automovilismo deportivo, desde muy jóven. También incursionó en motociclismo, Karting y en Turismo con un NSU Prinz.
«Sprinter» fue uno de los referentes de la actividad en distintas épocas, con una prolífica trayectoria periodística a través de las transmisiones radiales de competencias automovilísticas.
Desde 1956 y durante muchos años, se destacó en Motor y Camino, recordada producción, junto a José Ayi.
Luego tuvo su propio programa, Autodinámica, donde le imprimió su sabiduría a través de emisoras de la docta, LV2, LV3, hoy Cadena 3, Radio Universidad de Córdoba y Radio Mitre. También en TV, mostró sus conocimentos, con Autodinámica por Canal 12 y Canal Show Sport.
También, publicó varios volúmenes, entre ellos, «La Historia del automovilismo de Córdoba», «La Buenos Aires-Caracas 1948», «Los Marimón», «Oscar Cabalén, el ídolo»,»Oreste Berta», «Apuntes de la Radio y Televisión de Córdoba», «Pirín Gradassi», «El otro Fangio», «Eduardo Copello, el maestro», «Ecos del Motor» y «Las 200 carreras de Fangio».
En el año 2001, el Senado de la Nación le otorgó una plaqueta a Eduardo Gesumaría por su trayectoria periodística.
Vértigo Motorsport, le hace llegar a su esposa, a sus hijos y familia, las más sinceras condolencias, y un especial recuerdo al gran maestro.
Luisito y Familia. Muy buena nota recordatoria de Sprinter recientemente fallecido. No lo conocí personalmente pero tuve contacto con el por telefono en el año 2014 cuando en la radio y con Alberto Guillen hacia cinco minutos en su programa de las mañanas que se llamaba las perlitas. En una oportunidad me acorde de un hecho sobrenatural que sucedio en el Gran Premio de America del Sur en agosto 1978 y fue Sprinter el que me puso en antecedes. Poseía una memoria prodigiosa y cuando le relate el hecho me dio nacionalidad y apellidos de los afectados. Un genio
Julio Alberto Carrillo