Sin categoría

Con la fuerza de siempre

La potente categoría de la Frad Mar y Sierras, inició un nuevo periplo, el ejercicio Nº 21, en uno de sus fuertes bastiones, como es el Parque Juan Silva de Rauch,  escenario de duras y definitorias batallas en los últimos años.

El inicio de la temporada, dejó argumentos valiosos, aristas importantes, y algunos puntos  para corregir, pero en general APAC, destiló en el “show” inaugural, un rumbo seguro, saben directivos y pilotos a donde van, y el objetivo a cumplir.

La “B” tiene recursos

La clase menor puso en pista veintisiete máquinas para abrir el festival, un grupo que expuso recursos, buenas respuestas,  y autos consistentes y bien sustentados.

Barreiro y Lamarque marcaron territorio, una pena la defección del chico de G. Chaves, que no pudo partir en la final, por un problema en la bomba de frenos.

El “panadero” de Ayacucho, hizo muy bien los deberes, acompañado por un robusto motor provisto por Mario Winnicki,  enarbolando la bandera triunfal,  cerca de su casa.

En orden de méritos, buena entrega de Orlando Walter, y el kartista José Hernán Palozzo, tarea ascendente de Julio García,  y la sobriedad del azuleño Juan Picone, y Roberto González.

Mención especial para el trabajo de Martín M. Soto, protagonista para tener en cuenta, haciendo su presentación en la clase “B”. No escatimó acelerador para ir al frente, y prenderse en cualquier disputa. Una grata presencia,  mostrando pasta,  y protagonismo.

S. Albin, el chico Lucas Fuhr, que del karting pasó a los seis cilindros, y “Gaby” Andolfatti, fueron serios aspirantes del capítulo inaugural. Quedaron cerquita, pero “hay equipo”, Mario Ferreyro, Gustavo Rodríguez, y Marcelo Gusmeroli, seguramente en Tandil, pondrán el resto para sumar.

Los chicos fuertes

El grupo mayor, tuvo el desembarco con  dieciocho soldados, pero bien pertrechados, con un Vallo, ambicioso, candidato, haciendo un despliegue veloz, estableciendo una vuelta muy rápida, como para desalentar a quienes venían detrás, aunque  en la persecución viajaba José “Pepe” Larroudé.

Para cualquier piloto,  tener a un tricampeón detrás, puede significar incomodidad, sabido del olfato y sapiencia, que muestra en cada combate, el de Rauch. Vallo hacía una carrera veloz, hasta que en el undécimo giro, un balancín, lo dejó marginado, con la angustia lógica, porque en condiciones normales, nadie podía mover de la punta,  al de Villa Gesell.

“Pepe” Larroudé, enhebró  una nueva conquista en el patio de su casa, y lo hizo fiel a su estilo, concentrado, práctico, manejando con el oficio acostumbrado,  el Chevrolet,  motorizado por Sergio Messa.

Mirando los números, sobria y rentable jornada para Diego Castañino, con un Falcon más dócil que en la temporada anterior, y el ex campeón lo lleva con gran capacidad, y aplomo.

El podio tuvo como tercer habitante a Reynaldo Fernández, en su mejor producción en la clase mayor, con el “tractor” de Generoso Trejo, que le han caído de “perillas” algunos retoques, puestos en práctica en el receso.

Menciones especiales para Adrián Junco, otro que pisó fuerte en el Martín Fierro, León Urquiza haciendo una carrera sólida, y sin errores, al igual que Walter Padula, con uno de los vehículos mejores presentados. Capítulo inicial cerrado, meritorios trabajos, triunfos bien sustentados, y buena cantidad de máquinas para el inicio.

En pocos días, llega un clásico, en el escenario más convocante de APAC, muchos se “guardaron” para una fiesta que promete novedades en la serranía, la vuelta de protagonistas con buena chapa, y la presentación de nuevos aspirantes, en la pintoresca Villa Don Bosco.

 

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