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El rally de Ayacucho fue una fiesta

Un weekend atractivo se vivió en la ciudad Ayacucho, comunidad que no gozaba del automovilismo grande, de aquel triste desenlace del 6 de Diciembre de 1981, en el Torneo Lizeviche -Galíndez del T.C. Transcurrieron más de tres décadas, sin el sonido tan particular de los motores, o sin disfrutar, el glamour de los autos de competición

La ciudad, la comunidad, los fanáticos ayacuchense vivieron una fiesta mayúscula de la huestes que regentea Alejandro Flores. Seis especiales de diferente tenor, algunos veloces, otros de sensibilidad y manejo, con sustanciales  ingredientes y condimentos. Los tramos ruta 29, Loma Ceverio, tenían la atracción de la velocidad, aflorando el oficio y dinámica de varios gladiadores, mientras la atractiva zona de La Cava, Club Independiente, siete kilómetros y medio, con muchos sectores técnicos, sitio donde exhibían un pulcro manejo y talento muchos protagonistas, y un lugar clave para observar la fortaleza de los autos, que fue muy sólida, chequeando los números de arribos.

La gente que se apostó en los distintos lugares, vivió una fiesta diferente, y para recordar, porque el show tuvo matices, velocidad, y un gran compromiso con el espectáculo.

El rally Mar y Sierras, continúa en pleno ascenso, sumando postulantes para tener en cuenta, con máquinas competitivas, muy bien presentadas, y con alta seducción popular. Hoy por hoy, es una de las atractivas y convocantes categorías del interior del país.

 

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