Homenaje a «Tuqui» Casá

El pasado lunes en horas del mediodía tuvo lugar en el Museo Juan Manuel Fangio de Balcarce, un merecido homenaje a una de las figuras emblemáticas de la época dorada teceista, Eduardo Alfredo Casá.

El balcarceño por adopción, marcó una época en el Turismo Carretera, alcanzando once triunfos en la máxima incluido el Gran Premio 1965, subcampeón argentino en el año 1966 y tercero en 1965 y 1967. Fue protagonista de batallas memorables con distinguidos pilotos, como los Emiliozzi, Jorge Cupeiro, «Maneco» Bordeu, Carlos Pairetti y con los Torino, apelando a su temple para dirimir lides irrepetibles con Eduardo Copello y «Pirin» Gradassi. Junto a «Tuqui», «Pepe» Rentería, Carlos Urbano Travers, y Abelardo Rosso protagonizaron recordadas epopeyas.

Emotiva ceremonia
Se presentaron, en forma conjunta los autos emblemáticos con los que corrió en el TC. La cupé Ford V8 (el tractor), que usó entre 1962 y 1968 que llevaba metales del laborioso preparador de Carapachay, Manolo Rodriguez, junto a su padre y su hijo Diego, también se presentó el Falcon Angostado (1968) y el Ford MKII, conocido como Tractor II (1969).
Los motores de los tres vehículos se pusieron en marcha, para hacer más emotivo el homenaje a Eduardo Casá. Las tres máquinas permanecerán en exposición en el Museo Fangio, para que los amantes de los deportes mecánicos puedan admirarlas.

Presencias en el acto
La ceremonia contó con la presencia de Juan José Carli, presidente de la Fundación Fangio, el Intendente de Balcarce, Dr. Esteban Reino, invitados especiales, Eduardo Casá (h), Eugenio Indalecio Breard y Juan P. Zampa, además de representantes del ACA, Frad. Mar y Sierras, Asociación Argentina de Volantes y COPAM.
Eduardo Casá (h), se mostró emocionado expresando; «Me gusta ver los tres autos que han sido recuperados. Todos funcionan, eso me pone muy contento y sobre todo en el Museo Fangio, que es representante del automovilismo en todo el país y en el mundo».
La Fundación, le entregó una obra de arte con el rostro del quíntuple a Eduardo Casá (h) y a «Chippy» Bread, quien posibilitó la llegada de los vehículos al Museo del Automovilismo y además mostró el proceso de restauración del Alfa Romeo GTV 2000, que compitió en el Rally Internacional en 1975, 1980 y 1981 y lo tuvieron como protagonista.

 

(Fuente: Daniel Erreguerena / Fotos: Fundación Fangio)

 

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